A consecuencia de la contaminación auditiva, anualmente se registra la muerte prematura de 12 mil personas y uno de cada 5 ciudadanos se ven afectados.
Lo anterior, en base al informe “Fronteras 2022: Ruido, Llamas y Desequilibrios” del programa de las Naciones Unidas (ONU) para el medio ambiente, el cual tiene como objetivo analizar la contaminación acústica en las ciudades.
El estudio califica como “un peligro creciente para la salud pública”, los sonidos no deseados, prolongados y de alto nivel procedentes del tráfico rodado, el ferrocarril o las actividades de ocio.
Alerta que, perjudican la salud y el bienestar de los ciudadanos, que padecen molestias crónicas y alteraciones del sueño.
Afirma que, estas molestias y alteraciones conducen a su vez a graves enfermedades cardíacas y trastornos metabólicos, como la diabetes, al tiempo que causan problemas auditivos y una peor salud mental.
Señala que, la contaminación acústica provoca 12 mil muertes prematuras al año y afecta a uno de cada cinco de sus ciudadanos.
Los más afectados son los más jóvenes, los ancianos y las comunidades marginadas cerca de carreteras con mucho tráfico y zonas industriales y alejadas de los espacios verdes.
Asimismo, los animales que habitan los entornos urbanos, como aves, ranas e insectos, también sufren el ruido que afecta a la comunicación acústica de la que la que dependen para sobrevivir.
Una de las soluciones que propone ONU Medio Ambiente para combatir la contaminación acústica en las ciudades es incrementar las zonas verdes en las ciudades.
Ya que, la vegetación absorbe la energía acústica, además de dispersar el ruido y amplificar los sonidos naturales y atraen la vida silvestre y mejoran el paisaje urbano visual.
Indica que las áreas verdes, los patios y los parques urbanos suponen, asimismo, un alivio para escapar del ruido y estimular el bienestar mental.