Si algo ha hecho bien este gobierno y habrá que reconocerlo, es que se ha vuelto una eficiente fábrica de pobres, pues no solo sigue manteniendo los niveles de sus antecesores, sino que cada día, lamentablemente, hay más mexicanos que engrosan las filas de este sector de la población.
En estos días, el Gobierno Federal asestó un golpe más a los mexicanos de escasos recursos, no solo en sus bolsillos, sino también en sus aspiraciones educativas, un golpe a la niñez (otra vez), al desaparecer por decreto, las escuelas de tiempo completo.
Ya lo hicieron al acabar primero con las estancias infantiles, tres años atrás, de manera muy ruin y mañosa, para entregar el apoyo directo a las familias “para evitar actos de corrupción”.
Lo cierto es que dejaron a la deriva a millones de mujeres, principalmente con trabajos informales y sin acceso a guarderías del IMSS o el ISSSTE a la deriva, a obligarlas en muchos casos a abandonar sus empleos, a sobrevivir con la dádiva, a aumentar la clientela. Medio millón de niños pobres, de entre dos y cuatro años, se quedaron sin ese beneficio, sin la seguridad de recibir el apoyo de dos raciones diarias de alimentación.
Y no solo los niños, a las mujeres, a las madres de familia, les arrebató la oportunidad de mantener su empleo, conseguir uno y todo lo que eso conlleva, a cambio de una dádiva de mil 600 pesos, para que “los cuidara su abuelita” y así muchas madres tuvieron que abandonar sus empleos para hacerse cargo de sus hijos.
Hoy, el golpe fue para tres y medio millones de niños de escasos recursos de 5 a 14 años, que sobreviven en zonas muy pobres que ya no tendrán ese beneficio de un desayuno caliente que, de acuerdo con la ONU (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), el 11 por ciento de ellos, las escuelas de tiempo completo representaban su única comida del día, que por decreto, ya no tendrán.
El anuncio lo dio a conocer la maestra Delfina Gómez, Secretaria de Educación, quien chantajeó a 500 trabajadores del ayuntamiento, obligándolos a aportar, voluntariamente a la de a fuerzas, el 10 por ciento de su salario para su causa y la de su partido.
A esa extorsionadora impune, la premiaron con la Secretaría de Educación y en esas manos está la educación de nuestros hijos.
Y créanmelo o no, si le escarbamos un poco a este cochinero que se traen en la SEP, con el denominado programa “la escuela es nuestra”, que cuenta con un presupuesto anual de 12 mil millones de pesos, desde el 2019, (así que ya van 24 mil millones) vamos a encontrar todavía más bajezas que este gobierno está haciendo con el sistema educativo nacional.
De ese presupuesto, se asignaron alrededor de 4 mil millones de pesos para desayunos entre 2020 y 2021, desayunos que ningún niño consumió por motivo de la pandemia.
¿A dónde habrá ido a parar ese dinero?
La Auditoría Superior de la Federación, en el Informe de Cuenta Pública entregado en febrero da cuenta de que en los expedientes de mil 686 planteles beneficiarios en 2020, no se cuenta con evidencia que demuestre que con los recursos otorgados se llevaron a cabo acciones para mejorar las condiciones de infraestructura y equipamiento de los planteles de acuerdo con sus necesidades, por lo que no se pudo comprobar que estos se hubiesen destinado para cumplir con los objetivos del programa.
¿Y por qué sucede esto?, pues de acuerdo con la Auditoría, la raíz de esta irregularidad es la “falta de mecanismos de control, supervisión y seguimiento de los apoyos otorgados”, es decir la entrega de estos recursos que dicen, diceeeeeen que se les da a los padres de familia, no amerita algún tipo de comprobante, llámese factura recibo o licitación, es decir en total opacidad, como ha sido todo el gobierno de López.
Por ejemplo, en el estado de Puebla, en un plantel, el Comité Escolar reportó que la tesorera le dijo que “tomó 82 mil pesos para atender necesidades personales sin que a la fecha de la visita de verificación los hubiese devuelto”.
De acuerdo con la ASF, de los 24 mil mdp existen “comprobantes simplificados, notas simples de venta o de remisión y listas de raya, sin que, en la mayoría de los casos, se tratara de planteles en los que, por su ubicación geográfica, se tuviera la necesidad de realizar adquisiciones de bienes y contratación de servicios en comercios, negocios o con personas que no cumplan con los elementos de comprobación fiscal, tal como lo establecen los lineamientos de operación del programa vigentes en 2020”.
Ante estos hechos, no puede uno evitar sentir impotencia por lo vil, bajo, indigno, doloso, miserable que se está haciendo con los pobres, con la educación y con los niños de México.
No cabe duda que el gobierno nos quiere ignorantes y necesitados ya que no tiene la más mínima intención de educar, porque al mantenernos en la ignorancia es más fácil manipularnos.
A este gobierno se le perdió la verdad de la boca (si es que alguna vez la tuvo) y lo único que siembra es la ignorancia, el encono, la división, mentiras bajezas para mantenernos en su juego.
López sabe que entre más ignorantes seamos, más aprecio y afecto por conveniencia nos demuestran (abrazos, no balazos, amor con amor se paga y todas esa patrañas) y creen que de este modo contentos y felices nos tragamos sus migajas.
Por el contrario, entre más preparados y menos ignorantes seamos, nos tachan de conservadores, fifís, chayoteros, etc., porque no pueden hacer de nosotros presa fácil de la mentira, el engaño, de sus errores, ni podemos ser seres manipulados sin criterio ni cuestionamiento fundamentado, como lo son los fieles que aun le quedan.
Hoy, quienes tengamos la capacidad de hablar, de escribir, tenemos un compromiso que, de no cumplirlo, nos hace igual o peor que ellos.
Para López si, primero los pobres, tenerlos más pobres y de ser posible sumar a más mexicanos cada día.
Tiempo al tiempo.