ACCIONES Y RAZONES/Efraín Klériga/Enero 26, 2022
* Que un presidente hable de un Testamento Político es como decir, si me muero los sigo moliendo con mis otros datos y mi corrupción.
La herencia real de Andrés Manuel López Obrador es un país en llamas donde ser periodista, activista pro derechos humanos o pro medio ambiente, es más riesgoso que ser soldado en Siria.
Un país donde es más sencillo conseguir atención médica en una farmacia que en el Importa Madre Su Salud o en el Inútil Solicitar Servicio, Sólo Tramitamos Entierros.
En 36 meses López hizo buena su frase: El Seguro Popular, ni es popular ni es seguro, y mucho menos es seguro el Instituto de Salud para el Bienestar, donde nunca hay medicamentos.
Quienes padecen una enfermedad crónico-degenerativa ahora han dejado de ser carga para el erario, porque o ya se murieron o ahora son clientes platino de las farmacias similares.
A casi dos años del exabrupto: La crisis «nos vino como anillo al dedo para afianzar el propósito de la transformación», la situación real no ha dejado de deteriorarse en todos los rubros.
El lunes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, conocido por el acrónimo Inegi, mostró la parte económica de la herencia maldita, de una transformación que ha sido deformación.
Estanflación o recesión con inflación, decrecimiento, desinversión, una pandemia sin control, una caída sin precedentes de la construcción, que es una de las industrias que más bienes integra.
La herencia también es la corrupción institucionalizada, el narcotráfico gobernando, el lavado de dinero y la polución moral que se premia con cargos en el Gabinete o en el Servicio Exterior.
También es la herencia de los «otros datos» o la información manipulada, que junto a los demás atropellos llevan al endeble Estado de Derecho que vivía México a un Estado de Arbitrariedad.
Transparencia Internacional reporta que el 44 por ciento de los mexicanos piensa que la corrupción se ha incrementado en el último año y 34 por ciento han tenido que pagar sobornos.
De 180 países México es el 112 en transparencia y el 128 en Estado de Derecho, mientras que el número de homicidios en 2021, llega al tercer lugar mundial en cifras absolutos.
Mientras el ideal es que un país tenga no más de 10 homicidios por cada 100 mil habitantes y en punto crítico, no más de 20/100,000, México tuvo 28 el año pasado.
La cosa es peor: Fueron más de 28 muertes por agresión por 100 mil en 2021. Datos recientes del INEGI muestran que el Sistema Nacional de Seguridad Publica tuvo subregistro del 12.9 por ciento.
Inegi publicó el martes que de enero a junio de 2021 hubo 16 mil 972 muertes por agresiones, para el mismo lapso el SNSP reportó 14 mil 880, contando feminicidios, mil 912 asesinatos menos.
Peor: Inegi reporta en ese semestre 11 mil 785 asesinatos con arma de fuego, y el SNSP solamente reporta 9, 841, mil 944 muertes por agresión con arma de fuego o 20 por ciento menos.
Tales son los «otros datos» que lo mismo resultan con la pandemia, con el surtido de medicamentos a hospitales, con los avances de las obras insignia de la Cuarta Transformación.
Por ello nadie creyó, y menos los profesionales de la salud, que López Hubiera sido internado la semana anterior para un cateterismo cardiaco «de rutina», porque tal cosa no existe.
Un cardiólogo consultado por este escribidor, opinó que fue una «isquemia coronaria y por eso le pasaron el catéter», el flujo sanguíneo al corazón se redujo y el músculo cardíaco no reciba suficiente oxígeno.
Y como han muerto más de un millón de personas debido a causas asociadas a la pandemia; como han muerto 51 periodistas, «testamento» o no, se podría tener que materializar el artículo 84.
Artículo 84. En caso de falta absoluta del Presidente de la República, en tanto el Congreso nombra al presidente interino o substituto, lo que deberá ocurrir en un término no mayor a sesenta días, el Secretario de Gobernación asumirá provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo….
Lo demás es jarabe de saliva y desvaríos del dictador…
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