El sueño inició en1991, pero Germán y Patricia comenzaron a vivirlo hasta el 2003: a bordo de una camioneta iniciaron un viaje por América que originalmente solo duraría 12 meses, pero hoy, 18 años después, el viaje continúa.
Son Amunches, viajeros que dejaron atrás su vida en Buenos Aires, Argentina, para emprender su recorrido hacia el norte del continente.
“Nos conocimos con Patricia, somos de la misma ciudad, nos conocimos en el año 91 y, bueno, después que uno empieza a salir y a conocerse, estamos convencidos que tiene que haber muchas cosas en común para que una pareja funcione y se dio entre los dos.
“Realmente ya dos años que empezamos a salir, empezamos a soñar con un viaje, con un viaje por América para ver qué había un poquito más atrás de nuestras fronteras, o más lejos, y poder conocer las raíces de este continente, y se empezó a formar esa idea hasta que el 10 de marzo del 2013 iniciamos este viaje desde San Nicolás, nuestra ciudad natal”, cuenta Germán de Córdova.
La idea original era viajar de Argentina a Alaska durante 12 meses y regresar a Buenos Aires.
Pero en Ecuador, seis meses después de iniciar su recorrido, la pareja supo que su viaje se extendería un poquito más.
“Si bien teníamos un mapa trazado, más o menos, de los lugares que queríamos conocer específicamente, lo que nos pasó era de que nos empezamos a enamorar mucho de las historias de la gente y de pueblos que tal vez ni siquiera figuren en el mapa y esto iba haciendo que el viaje vaya tomando una dimensión distinta, y más que nada que el tiempo vaya pasando; a todo esto llegamos a Ecuador, justamente que es la mitad del mundo, y ya habían pasado seis meses de viaje.
“Pasó algo muy interesante porque además del tiempo, había algo que se estaba terminando, que era justamente el dinero, pero fue ahí que nosotros sentimos realmente que el viaje comenzaba, comenzaba porque nosotros teníamos que reinventarnos y repensar cómo íbamos a seguir adelante con esta forma de vida, y la verdad creo que fue un nuevo comienzo”, dijo Patricia Fher.
Durante los primeros 12 años la pareja viajó a bordo de una camioneta, pero cuando se enteraron que serían papás, decisión que postergaron durante mucho tiempo en espera del “momento perfecto”, cambiaron la camioneta por un autobús que desde entonces ha sido su hogar.
“Inti prácticamente nació dentro del proyecto, cuando nosotros salimos de Argentina salimos en una camioneta con la cual llegamos a Alaska en el 2008 y ya Inti venía en camino, y ahí decidimos hacer un cambio, decidimos como familia seguir con este estilo de vida y decidimos comprar nuestra primera casa, compramos este autobús en el 2010, lo convertimos en nuestra casa y ya estaba recién nacida, Inti, llevaba un año y medio, entonces ella nació realmente con todo este proyecto”, recordó Germán.
Y aunque desde afuera pareciera que Amunches vive unas vacaciones eternas, ser una familia viajera también conlleva algunas dificultades.
Patricia sostiene que viajar juntos por el continente es de inicio una bendición por el tiempo de convivencia y de crecimiento como personas en conjunto, pero no todo es color de rosa.
“Ahora también tiene sus lados negativos, no todo es color de rosa, el viaje si se ve de afuera pareciera que viviríamos de vacaciones, que la pasamos genial todo el tiempo, pero la verdad que no, como todas familias tenemos y nos enfrentamos a las mismas problemáticas, educar a un niño y ahora estamos entrando a una etapa nueva de Inti que es la adolescencia, hay un montón de factores en donde implica un desgaste extra, pero hemos aprendido con el viaje a no cargar con tantos problemas, si hay alguna discusión o algunos cambios de opiniones, de resolverlos en el momento porque en realidad no tenemos escapatoria.
“Es como decir no podemos salir, irnos a la casa de mamá o de la familia y que el problema pase con el tiempo, no, tenemos que solucionarlo en el momento, y bueno es un gran desafío, pero vale la pena”, expresó.
Ambos coinciden en que el mejor momento de este largo viaje es el nacimiento de Inti, quien a sus 12 años de edad realiza sus estudios a distancia, en línea, con la ayuda de su mamá y una tutora que le apoya en Matemáticas.
«La experiencia más increíble y la que simboliza todo es haber sido padres, acá Inti, haber sido papá es la experiencia más hermosa del mundo y a donde realmente uno se da cuenta de lo que significa la vida”, dijo Germán.
“La mejor experiencia ha sido la de convertirme mamá en el camino, cuando pensaba que eso era imposible, todo se dio en el viaje y la construcción de este autobús que es nuestra casa, también se dio en el camino, eran dos cosas que nosotros pensábamos que iban a suceder una vez que paremos y, sin embargo, se dieron en movimiento”, agregó Patricia.
Amunches se sostienen económicamente gracias a la venta de su libro fotográfico“Bajo un nuevo sol”, el cual contiene algunas de las increíbles fotografías tomadas por Patricia a lo largo del viaje, las cuales también están a la venta de forma individual.
Además imparten conferencias, pláticas y talleres en escuelas y empresas.
En estos 18 años solo han regresado dos veces a su natal Argentina porque, sin dudarlo, señalan que lo que más extrañan en todo este viaje son sus familias.
“Lo más pesado es justamente estar lejos de la familia, lejos de los papás, de los abuelos, de los tíos, de los primos, eso es lo más pesado del viaje, dejar un poquito de la raíz, tiene una carga negativa, aunque la raíz también se va construyendo con la vida”, dijo Patricia.
Quien también extraña, y mucho, es Inti, a los amigos que deja en cada sitio al que llega y en el que vive durante periodos cortos.
“Me gusta, pero no es fácil, es muy difícil, porque paramos en un lugar y si hago algunas migas y así, después tener que dejarlos o dejarlas y tiene sus cosas lindas, pero es complicado, sí”, expresó.
Y aunque por su mente pasa de vez en cuando la idea de pedirle a sus papás quedarse a vivir en un sitio, se da cuenta que quizá eso para ella sería muy aburrido, por lo que prefiere continuar en el viaje.
“Me gustaría, peor creo que me aburriría un poquito estar en un lugar quieto y no sé si quedaría en un lugar quieto”, asegura.
En cada comunidad que visitan, la mayoría de ellas de pueblos originarios, dejan nuevos amigos y se llevan experiencias y buenos recuerdos, como los que ahora mismo construyen en el Pueblo Mágico de Tepoztlán, en Morelos.
Desde aquí, a 18 años de distancia, Germán y Patricia envían un mensaje contundente a las personas: sigan sus sueños porque la vida es muy corta.
“En la vida hay que tomar las decisiones realmente de lo que el corazón y la razón dicen, cada uno, como decía recién, saber o tiene qué descubrir qué es lo que quiere hacer, a dónde quiere ir, no importa lo que sea, en el caso nuestro es este estilo de vida, puede ser cocinero, puede ser ingeniero, puede ser enfermero, miles de posibilidades que hay en la vida, pero hay que atreverse a dar el paso para poderlo cumplir, obviamente no es fácil, hay que tener perseverancia, hay que tener continuidad, y bueno, localizar las energías para pedir cumplir lo que uno realmente siente, quiere y ama.
“La vida se va muy rápido, a veces parecería que no, pero los que somos más grande miramos atrás y nos damos cuenta y yo creo que hoy todo prácticamente se compra, pero el tiempo no, no podemos ir a algún lugar y decir ‘quiero comprar más tiempo para mi vida, entonces hay que aprovechar, hay que disfrutarlo, vivir el día a día, porque a veces uno gasta muchísimas energías pensando en lo que va a pasar más adelante. Le diría a la gente que se atreva realmente a ir atrás de lo que quiere”, dijo Germán.
Después de Tepoztlán su itinerario marca una estancia en Tetela del Volcán, aquí en Morelos.
Luego viajarán a Michoacán, donde pasarán las celebraciones del Día de Muertos.
Después no saben con exactitud qué estado mexicano o país del continente visitarán, solo saben que su viaje continuará, quizá de regreso a Centroamérica o quizá, dentro de su autobús, recorran algunos países de Europa…
Por lo pronto solo se ocupan de su visita a Tetela del Volcán, Morelos.