Pues llegó el día en que el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, presentó sus denuncias formales ante la Fiscalía General de la República y, como lo hemos dicho anteriormente, se abre la caja de Pandora para la #4T que busca legitimar el combate a la corrupción usando como símbolo al propio Lozoya.
Así, desde la comodidad de su hogar, luego de ser agasajado por su círculo cercano de amistades, para celebrar su “libertad”, de acuerdo con versiones periodísticas recibió costosos regalos como botellas de vino con valor de 25 mil pesos cada una, comenzó a cumplir la parte del acuerdo con el gobierno actual.
En su primera denuncia formal, el ex funcionario federal, apuntó directamente a Enrique Peña Nieto y a Luis Videgaray Caso de organizar sobornos.
Pero la “cantada” no acabo ahí, pues aprovechó para documentar lo sucedido con la empresa Odebrecht durante la Presidencia de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), en específico, los privilegios del contrato de Etileno XXI.
Y pues al pueblo bueno lo que pida, en medio de una crisis sin precedentes en la historia de nuestro país, donde el estado ha fallado en una de sus responsabilidades básicas que es la de proveer de seguridad en materia de salud y seguridad pública, la crisis económica que se agravó todavía más con la pandemia, los fanáticos del régimen están complacidos con los nombres que involucra Lozoya en sus declaraciones.
Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray, Felipe Calderón, los ex senadores Francisco Domínguez y Francisco García Cabeza de Vaca, José Antonio Meade, Ricardo Anaya y los titulares de Pemex de ese periodo: Jesús Reyes-Heroles González-Garza y Juan José Suárez Coppel.
Así el acusado, se convirtió en acusador, pero que no se olvide que el propio Lozoya aceptó haber recibido cerca de 10 millones de dólares por sobornos, pero eso ya no importa, ahora hay otros peces gordos para satisfacer la sed de venganza política que tienen el actual régimen y sus fanáticos.
Y claro hay registros, fotos y videos que saldrán muy oportunamente, cuando le suba el agua al cuello al gobierno o cuando inicien las campañas, porque eso es el objetivo, la venganza política y el tema electoral.
Sin duda, un hecho que viene a poner turbio el panorama, en este contexto de denuncias e implicados, se dio en días pasados el asesinato de Luis Miranda Cardozo, quien es padre del diputado Luis Miranda Nava, quien fuera amigo y colaborador de Peña Nieto. El señor fue ejecutado en su propia casa.
En fin estos petardos, estos fuegos artificiales que son muy mediáticos, acabarán diluyéndose, extinguiéndose en los tribunales, pues muchos de los delitos, de acuerdo con especialistas, ya prescribieron.
Sin embargo, para consolidar la promesa de la llamada Cuarta Transformación de hacer justicia en los casos de corrupción que han quedado impunes y ahora que se encuentran desesperados por llevar la atención del público a otro lado sirven y de mucho.
Sin duda el régimen necesitaba un caso “bomba” para de alguna manera desviar la atención, salvarlo de la crítica por los temas que ya hablamos (inseguridad, economía, dádivas a sus clientelas y el desastre mundial que han sido al manejar la pandemia que hoy ha cobrado ya la vida de casi 60 mil mexicanos, millones de empleos perdidos y la lista sigue.
Pero ese cochinero a todos va a salpicar y créanmelo que los actuales funcionarios de la #4T, no van a estar exento de ello pues en estos días ha trascendido también que tres instituciones del presente, han adjudicado contratos para el suministro y transporte de diésel a una empresa que es investigada por presunto tráfico de hidrocarburos en altamar y por presuntamente participar en la red de corrupción formada por Odebrecht y Emilio Lozoya.
La empresa es Tagal S.A. de C.V., que entre 2019 y 2020 ha recibido contratos por hasta 664 millones 527 mil 862 pesos de parte del IMSS, así como de la paraestatal Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec S.A. de C.V. (FIT) e incluso de Petróleos Mexicanos (Pemex), empresa paraestatal a la que presuntamente ha ordeñado hidrocarburos a lo largo de varios años.
En 2019, un empresario identificado por la UIF como representante de Tagal, Renán Ariel Herrera Valls, participó en el tráfico ilegal en el Golfo de México de 745 toneladas de diésel robado a Pemex.
Así comienza el primer acto de la tragicomedia que está montando la #4T alrededor del caso Lozoya, este gobierno tiene que recurrir al pasado, pues en el presente no hay mucho o nada para ser precisos que presumir.
Ya lo dijo el titular de la Semarnat, Víctor Manuel Toledo, hace unos días y aquí lo comentamos, la #4T no existe, es una maraña de contradicciones, va a pasar a la historia como el engaño y la mayor pifia que ha tenido México en su historia reciente.
En cuanto a Lozoya, me hizo recordar una frase de la película Trainspotting, “A la oportunidad, siempre sigue la traición” escrita por Irving Welsh y llevada magistralmente a la pantalla grande por Dany Boyle, cuando en una de sus escenas corre un video de una demolición de unas torres, de algo viejo y luego corre en reversa y se levanta de una nube de polvo, negándose a morir, la obsesión por el pasado y la ficción de un proyecto de nación que nunca fue ni nunca lo será.
La nostalgia y el regreso al pasado son un enjambre emocional que siempre llevaremos dentro, es difícil olvidar más aún perdonar… pero también… nunca hay que olvidar de dónde venimos, para así no perder la brújula de a dónde ir.
Hoy la #4T no encuentra, ni encontrará nunca ya la manera de hacer cumplir la promesa de una vida mejor. La oportunidad que le dieron millones de mexicanos será, al final, de nuevo traicionada.
Tiempo al tiempo.