La aritmética de la política en ocasiones se convierte en una suma cero, donde al mismo tiempo se pierde y se gana.
Con las resoluciones del Poder Judicial, que en distintos estados ha concedido la suspensión provisional a los juicios de amparo por el tema de las estancias infantiles, ha ganado el Partido Acción Nacional.
Tal vez no sea su bala de plata, que derrumbe al presidente más popular de los últimos tiempos, pero la justicia les concede razón en sus argumentos contra López Obrador.
Ganan más que con las cartas a la Organización de Estados Americanos de un presunto plan dictatorial del presidente.
De hecho, esa es una pérdida para el PAN. El correcto funcionamiento del Poder Judicial desmorona el discurso albiazul que acusa un inminente embestida dictatorial por parte del gobierno, a través de una presunta reelección escondida en la reforma constitucional en materia de revocación de mandato.
Desde el punto de vista del gobierno federal, se pierde en su política de entregar recursos de forma directa a la población, con el argumento de evitar intermediarios y posible corrupción.
Pero se gana justo donde el PAN pierde. Las instituciones mexicanas funcionan, más allá de los exabruptos declarativos.
Hay una oposición que gana alguna batalla, pero hay oposición, no un monólogo, y hay un Poder Judicial que frena determinadas decisiones del Ejecutivo.
La presión opositora podría incluso orillar a la presidencia a cuidar más y mejorar los procesos de cambio que pretenden instrumentar, lo cual al final es un saldo a favor para López Obrador.
Pero sobre todo, ganan las madres trabajadoras y padres solos que cuentan con la garantía de que sus hijos tendrán un cuidado adecuado, en tanto se resuelve en definitiva el juicio de amparo.