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Problemas de Querétaro ¿pudieron haberse evitado?

Queretaro, urbanismo

Cada año, las calles de la ciudad de Querétaro se inundan sin importar cuántas obras realicen los gobiernos; el transporte público, la inseguridad y el empleo son problemas que se agravan; sin embargo, la pregunta es ¿este panorama pudo haberse evitado? La respuesta es sí. Y no sólo pudo haberse evitado, los gobiernos sabían cómo hacerlo.

 

Cada año, las calles de la ciudad de Querétaro se inundan sin importar cuántas obras realicen los gobiernos; el transporte público, la inseguridad y el empleo son problemas que se agravan; sin embargo, la pregunta es ¿este panorama pudo haberse evitado? La respuesta es sí. Y no sólo pudo haberse evitado, los gobiernos sabían cómo hacerlo.

En el año 2008, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SEDESU) del Poder Ejecutivo del Estado de Querétaro y el Centro Queretano de Recursos Naturales del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Querétaro (CONCYTEQ), presentaron un documento titulado “GEO Zona Metropolitana de Querétaro: Perspectivas del Medio Ambiente Urbano”, en el cual se detalla a profundidad una serie de escenarios de la ciudad para el 2030 y sus posibles soluciones.

El documento que desde entonces ha estado en manos de las administraciones, plantea tres posibles escenarios para la Zona Metropolitana:  

El mejor escenario posible 2030 “El Horizonte Verde”

Como su nombre lo indica, los especialistas vislumbraron que una versión ‘ideal’ de Querétaro sería gracias al respeto a las normas y ordenamientos establecidos por parte de actores gubernamentales, privados y ciudadanos.

“Las principales medidas que inciden en la situación actual del recurso (2030), son la importación de agua de otras regiones del estado, cuidando de que no afectara el equilibrio y el uso del agua en ellas; un consumo per cápita que se ha reducido de 180 a 100 litros por habitante por día. Naturalmente, la importante reducción en la tasa de crecimiento de la población y la desconcentración industrial y de núcleos de población”, se señala.

Contrario a esta visión, la explosión demográfica ha hecho crecer la población más de 30 por ciento durante los últimos 15 años, muy por encima de la media nacional, mientras que el consumo de agua per cápita se encuentra en 110 litros de agua al día.

Por otra parte, se necesitaría un cambio radical en las políticas de autorización de cambios de uso del suelo y la creación e instrumentación de normas para frenar el crecimiento desmedido de la ciudad. Eso no sucedió.

De acuerdo al documento, las autopistas México-Querétaro-Celaya y Querétaro-San Luis Potosí, tendrían nuevos trazos, totalmente fuera de la mancha urbana, además de que se contaría con transporte público eficiente que mejoraría la calidad del aire. El Centro Histórico, debió haber sido cerrado en gran parte a la circulación de vehículos y tendría una imagen mucho más acorde a su categoría de Patrimonio de la Humanidad, se habría ido repoblando al mudarse fuera de él muchos establecimientos comerciales y de servicios, hacia zonas más adecuadas. Eso tampoco ha pasado.

La cruda realidad

Y como esas medidas no se tomaron, llegamos al ‘Escenario Tendencial 2030: “La Gran Mancha Gris”’

Una versión cercana a la que tenemos actualmente se muestra en este documento, al asegurar que la gestión del agua y el desarrollo urbano de principios de siglo no tuvieron cambios significativos y han empeorado sustancialmente por dar prioridad al crecimiento económico sin analizar la sustentabilidad del agua y otros recursos.

En esta visión, se advierte sobre hechos que 10 años después de que se escribieron son una realidad como la pérdida de la calidad de vida, las inundaciones, el empleo y la inseguridad.

“La calidad de vida habría disminuido apreciablemente. Se han presentado inundaciones de consideración cada 4 a 6 años en la última década. El desempleo y la inseguridad se han incrementado; así como la contaminación y problemas de salud asociados. El transporte público no cambió en esencia: las rutas de autobuses urbanos son ineficientes y redundantes, a pesar del esfuerzo que se hizo a fines de la primera década del siglo por crear rutas troncales y otras medidas que se adoptaron, pero que no se han mantenido. Todo esto repercute en su alto precio, la incidencia de problemas de tránsito y la contaminación del aire”, señala el texto.

El peor escenario posible: El hundimiento.

En este escenario casi apocalíptico, la población ha huido de Querétaro debido a la falta de recursos naturales; la industria de la Construcción caería en una profunda crisis y fallas como la de 5 de febrero tendrían desplazamientos de más de 10 centímetros anuales. La contaminación del aire, suelo y agua provocarían la salida de industrias a otros estados y el desempleo se dispararía.

 

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