Las artesanas indígenas queretanas son objeto de una contradicción en las políticas públicas gubernamentales: mientras el gobierno estatal promovió la protección de su trabajo con el nombramiento de las muñecas artesanales como patrimonio cultural del estado, los inspectores del municipio de Querétaro les impiden venderlas en lugares turísticos del Centro Histórico.
El pasado 15 de agosto, se llevó a cabo la declaratoria oficial de la muñeca artesanal de Amealco de Bonfil como Patrimonio Cultural Intangible del Estado por parte del gobernador, Francisco Domínguez Servién, quien hizo un llamado a valorar la riqueza cultural de las comunidades indígenas y construir puentes que promuevan el talento de las artesanas queretanas.
“Detrás de estas muñecas artesanales que adornan nuestras plazas, nuestras repisas, vitrinas y jugueteros está la historia de vida y de lucha de muchas familias. No se producen en serie; tampoco en grandes fábricas, ténganlo en cuenta al adquirirlas; cada una de ellas es una creación única e irrepetible”, señaló el mandatario.
La medida, alcanzaría para proteger a más de dos mil artesanas indígenas que trabajan directamente en su confección en más de 500 talleres de las comunidades de Santiago Mexquititlán y San Ildefonso Tultepec, así como a mil artesanas que colaboran indirectamente; sin embargo, para muchas más es letra muerta.
-Se la doy en 50 (pesos)-, señala una de las indígenas que puso momentáneamente su puesto con muñecas, diademas y algunas servilletas bordadas al lado de un aparador de una tienda departamental en 5 de mayo y Corregidora, a escasos metros de la estatua del danzante que embellece el andador.
La clienta responde que va al cajero por el dinero y regresa para comprar la muñeca. –Es que ya me tengo que mover- replica la artesana. -Ahí andan cerca los inspectores y no nos dejan ponernos aquí- explica y asegura que más tarde volverá, pero ahora se colocará en el andador 16 de septiembre.