*Esperan llegar a producir 100 hectáreas más
Desde hace cuatro décadas Querétaro había incursionado en la producción de uva, pero las dificultades comerciales impidieron su crecimiento; ahora el gobierno estatal volvió a reposicionar su cultivo y se encuentra en la sexta posición nacional.
Desde el 2014 Querétaro volvió a retomar la producción, la cual coincidió con el auge de la producción de vino y significó una más sencilla comercialización
De acuerdo con el Secretario de Desarrollo Agropecuario, Carlos Dobler, actualmente se producen cerca de 2 mil 90 toneladas, cuyo rendimiento es de 8.5 toneladas por hectárea. Mientras que valor de producción supera los 25 millones de pesos.
“Lo importante que ha sido aquí es que tenemos condiciones agroecológicas muy importantes que han permitido que ahorita ya siete municipios del estado estén dedicados en la producción de vinos”.
Y es que los productores de uva encontraron su nicho en los vinos; sin embargo en un solo caso el producto está enfocado a la comercialización de uva de mesa y se encuentra entre los límites de Ezequiel Montes y Tequisquiapan.
Se estima que al finalizar el 2019 se superarán las 500 hectáreas de producción en el estado, pues su ritmo de crecimiento ronda los 10 y 15 por ciento anual.
A decir de Carlos Dobler, el crecimiento puede continuar, pues existe disposición de tierras, es decir, toda la superficie del altiplano de Querétaro y del semidesierto, al menos la parte con disposición de agua.
“Sí se requiere contar con riego, en virtud de que no se puede depender totalmente, o sea no es un cultivo que pueda depender del temporal, si el temporal no es suficientemente arriba de 450 milímetros o hasta 500 milímetros sería susceptible de producir”.
Para lograr una producción importante de este producto se requiere que a partir de marzo inicien las primeras lluvias, de no ser así el productor deberá empezar a regarlo en esas fechas.
Sin embargo el funcionario estatal consideró que uno de los aspectos positivos de la vid es que después de las vendimias no se requiere la aplicación de agua y el resto del año puede permanecer así hasta la primavera.
En cuanto a las nuevas siembras del producto, la Sedea recomienda plantas injertadas para evitar problemas sanitarios, pues se trae principalmente de Europa y debe permanecer unos 40 días en cuarentena para descartar enfermedades a las plantas.
“Con la finalidad de que no haya un riesgo sanitario se pone en cuarentena, una vez pasada la cuarentena se planta y a partir de ese momento de que se planta a que tengas la primera cosecha (ensayo), no para vitivinificar, pero ya para saber que tu viñedo va en buenas funciones es tres años. Al cuarto año ya puedes tener la primera cosecha, pero es muy pequeña.
Ante el crecimiento en la producción, el gobierno estatal ha asignado apoyos a los productores, rubro al cual se le asignó casi 7 millones de pesos.
Además Carlos Dobler reconoció que el gobierno federal a través de la Sagarpa buscó estimular el cultivo como una reconversión productiva y se apoyó con 16 millones de pesos del 2014 al 2018.
“En el año 2019 el gobierno federal decide que no es un cultivo ya no importante dentro de la canasta prioritaria para el gobierno federal, entonces eliminan todos los apoyos y por esa razón es que Querétaro con apoyo del gobernador optamos por apoyar con 9 millones de pesos en este año 2019”.
El apoyo principal a los productores es para la adquisición de una malla para proteger la planta contra granizo, aves e insectos, principales depredadores. Esto permite saber que en Querétaro existen 29 productores registrados.
Por ello, dada las condiciones del producto en el mercado se estima que Querétaro pudiera tener 100 hectáreas adicionales al finalizar el sexenio del gobernador.
Carlos Dobler consideró apremiante crecer la producción, pues en la entidad existe un déficit del 18 por ciento, lo que genera que los vitivinicultores compren en otros países o estados de la república para hacer sus caldos.
Y es que de acuerdo con la Asociación de Vitivinicultores de Querétaro, las casas vinícolas producen 3.5 millones de botellas al año, cuyo mercado se ubica en los vinos espumosos, donde ocupa el primer lugar a nivel nacional.
De manera adicional, Carlos Dobler aclaró que en Querétaro se producen uvas como tempranillo, cabernet sauvignon, merlot, aunque malbec comienza a introducirse al mercado.
Mientras que para la producción de vino blanco se encuentra la chenin blanc, chardonnay y sauvignon blanc.