Con una antigüedad de 58 años, el Hospital General, su imagen de cantera, un cuadro y una pintura de la Virgen María (55 años en el lugar) fueron trasladadas de las instalaciones del Hospital General ubicado en 5 de Febrero al nuevo Hospital General en prolongación El Jacal.
Con la celebración de una misa, el personal médico, administrativo, de limpieza y aseo, de seguridad y mantenimiento del Hospital General escucharon atentos el mensaje del padre quien dio la bendición a todo el personal en esta tarea tan importante que es cuidar de la salud de los enfermos.
“El significado más importante es toda una vida, porque el personal de enfermería, administrativo, médico, todos los que han colaborado desde que se fundó este Hospital, hasta el día de hoy, ha dado su vida, su tiempo, su espacio y el amor por la humanidad, han otorgado la fe y el cariño de lo que representan en sus casas, todos ellos han dejado algo de ellos mismos en este Hospital, su esencia”, narró el doctor Narciso Jaimes Gómez, director del Hospital General.
La química Lupita Díaz, describió la nostalgia con la que se realiza el cambio de área de trabajo y lo que representan los 32 años que laborado en el Hospital “Muy triste cuando recibíamos con esta pandemia, las muestras y veíamos si el paciente va para adelante o hacia atrás, ver a mis compañeros como se esforzaban, las enfermeras, los médicos que salían lacerados de su cara por tantas horas de labor, ese amor a su servicio, es ver increíble todo lo qué pasó […] el amor que estaba impulsando a cada uno de los pacientes que atendían, pues vámonos al otro hospital a seguir laborando y hacer lo necesario con nuestra virgencita que siempre nos ha acompañado”.
La enfermera Angeles Espinosa, describió los 36 años que ha laborado para el Hospital “He visto bastante dolor, también mucha satisfacción aquí con nuestros compañeros, esta imagen de nuestra Virgen que hoy despedimos, de este gran Hospital que es nuestra segunda casa, ella tiene aproximadamente 53-55 años de estar con nosotros, aquí entregamos parte de nuestra vida, porque es nuestra segunda casa […] hemos dedicado toda nuestra vida y hemos hecho lo mejor que hemos podido, hemos dado hasta lo imposible […] no había otra, o le entrábamos o le entrábamos”.
