¿Alguna vez imaginaste que el excremento de burro podría servir para algo más que el abono? Bueno, pues Jordi Torrent, un empresario del papel artesanal, pensó que sí y se ha convertido en una suerte de ‘Rey Midas postmoderno’.
Torrent prácticamente hace dinero del excremento de los burros.
Su firma Sastres Papers, con sede en Cataluña, España y dedicada a la elaboración manual y comercialización de papel artesanal, encontró que es posible elaborar hojas de papel a partir de procesar el excremento de los burros.
“Un juego de papelerxs: con las fibras de celulosa existentes en el estiércol de los asnos que una familia de nuestra comarca cría desde hace 4 generaciones por sus excelentes cualidades, hacemos un papel apto para imprimir, la escritura, dibujar, etc. … UN PAPEL DE MIERDA PARA TIEMPOS DE MIERDA ;)”, se lee en el portal de la empresa española.
El papel es elaborado de manera manual y artesanal a partir de recursos naturales y sostenibles mediante la implementación de una técnica tradicional.
Según se explica en el portal de la firma, en primer lugar, se mezcla el estiércol con agua, lo colocan en un prensador, una vez que la hoja de papel se seca completamente, se empaqueta y está listo para la venta.
Para llevar a cabo su idea, contó con la colaboración del agricultor Lluis Vila i Coll, quien le dio la idea de usar las heces de los asnos porque a estos animales de carga no se le estaba dando un uso en Cataluña.
Torrent explicó que la caca de burro funciona muy bien para hacer papel, dado que su alimentación es rica en fibras y no contiene material que podría ser considerada perjudicial para las personas.
La innovadora idea ha tenido una buena acogida entre clientes de Cataluña, pero también han comenzado a exportar el producto a Francia y Bélgica.
Una de las características que define este papel tan peculiar es que el producto no huele a nada y es como cualquier otro que se pueda utilizar, eso sí, de color marrón.