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10 políticos queretanos del 2019

Aunque 2019 es un año poselectoral, en el que aparentemente las fuerzas políticas guardan luto y reposo después del año electoral anterior, bajo las aguas mansas la turbulencia política es agitada por las aspiraciones de unos y los intereses de otros.

En este remanso de paz electoral, en Querétaro hay procesos abiertos en los principales partidos políticos cuyo desenlace ha sido pospuesto, pero que hacia la segunda mitad de año se tendrán que resolver. Son los casos de los cambios en las dirigencias estatales de los partidos Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD).

Su relevancia radica en las posiciones que los diferentes grupos de interés logren ocupar.

Mientras tanto, los actores políticos tejen fino para asumir el control o quedar en posiciones que no afecten sus aspiraciones.

Hay una decena de figuras políticas queretanas cuyas huellas habrá que seguir de cerca, ya que de manera directa o indirecta influirán en su futuro individual y colectivo, ya que en torno suyo se conforman esquemas de interés político, electoral, social y económico.

Y mientras priistas y perredistas luchan por la sobrevivencia política, panistas y morenistas tienen escenarios amplios frente a Si, y la servidumbre política se aglutina a sus pies en espera de indicaciones sobre los caminos a seguir.

Para los priistas las cosas están claras. Acostumbrados a la institucionalidad vertical, lo único que les queda es esperar que en la renovación nacional se abran espacios para todos, porque actualmente su única figura vigente es el secretario general del Comité Ejecutivo Nacional del Movimiento Territorial, José Eduardo Calzada Rovirosa.

En el PRD, sin espacios ni registro local, todo se jugará en la renovación de su Comité Directivo Estatal donde la única coincidencia es que Adolfo Camacho Esquivel no debe seguir al frente. Por lo demás, no hay manera de acuerdo posible en el perfil idóneo para reestructurar el partido.   

En el caso de MORENA, la experiencia electoral reciente encendió ambiciones propias y ajenas, internas y externas. Hoy ya hay quienes tienen metas bien trazadas y aspiraciones bien definidas.

Sin embargo, dos personas firmarán su futuro este año. El delegado especial para programas sociales y Senador con licencia, Gilberto Herrera Ruiz, y el coordinador del grupo parlamentario de MORENA en la LIX Legislatura local, Mauricio Ruiz Olaes.

El primero tendrá que poner en práctica su experiencia administrativa, política y autocrítica para sacar adelante la nueva encomienda, que ello se traduzca en rentabilidad electoral y absorber la crítica; además, de saber identificar la gente de la cual se rodea. En época de crisis de partidos, el arribismo florece. Panistas y priistas lo han padecido cuando han ganado.

Mientras que el diputado local por el Distrito 3 ya no podrá sentarse a esperar que del cielo caigan los votos, ni beneficiarse de estrategias transversales panistas y sí su aspiración de convertirse en el próximo presidente municipal de Querétaro.

El frutero panista es mucho más basto. Seis personajes mueven la inteligencia colectiva del panismo queretano.

Al frente del contingente albiazul, el gobernador Francisco Domínguez Servién busca colocarse como un líder moral del partido a nivel nacional, a partir de abanderar al bloque opositor a las políticas del nuevo gobierno federal.

Su influencia está presente en la colocación del expresidente municipal de Corregidora, Mauricio Kuri González, como vicecoordinador del PAN en el Senado y, eventualmente, como coordinador en sustitución del fallecido Rafael Moreno Valle, lo que definiría la sucesión gubernamental queretana panista dos años antes de los comicios.

Sin embargo, la figura de la senadora Guadalupe Murguía Gutiérrez sigue creciendo. Está lista, con las maletas y los documentos listos para lo que se le requiera en 2021.

A nivel local, el presidente municipal de Querétaro, Luis Bernardo Nava Guerrero, heredero de la dinastía de los duros del PAN, entra en la imaginaria como un actor del que todos están esperando que despunte.

Lo mismo del dirigente estatal panista y diputado local, Agustín Dorantes Lambarri, un proyecto político a futuro.

Sin embargo, quien agita las aguas aún a la distancia, en el silencio y la aparente ausencia, es el diputado federal plurinominal Marcos Aguilar Vega.

Y entre los independientes, el presidente municipal de Tequisquiapan, Antonio Mejía Lira, cuya experiencia política no se circunscribe sólo a la administración pública, sino a la real politik, le puede abrir espacios que en el pasado el PRI le cerró.

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