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María Concha Vázquez, amor por la cancha

María Concha Vázquez es una joven futbolista, queretana de nacimiento, que comenzó en el balón pie a los 5 años. Este inicio se expresa claramente en una anécdota que acompaña de una sonrisa:

“Yo estaba en clases de ballet –porque a mi mamá le encantaba-, ¡pero a mí me chocaba! ¡Hasta me portaba mal en las clases para que me sacara! Después de seis meses, le dije a mí mamá que yo no quería ser bailarina, que quería ser futbolista…” y lo demás es historia.

Además, desde los ocho años se ha desempeñado como portera (comenzando bajo la tutela de Adolfo Ríos, ex portero del Club América) y ha trascendido en esta, tan codiciada, posición. Gracias a eso ha viajado a distintas partes del mundo, cumpliendo muchos de sus sueños personales.

Ahora tiene 19 y ya ha jugado en las visorías de la Selección Nacional Femenil; en la Fundación Marcet y el RCD Espanyol femenil, en Barcelona; en el equipo representativo de Bettany College (West Virginia, E.E.U.U) y Gallos Blancos Femenil, en Querétaro.

Es, probablemente, la mejor guardameta en el estado y una de las mejores del país; y un claro ejemplo de que la determinación y el esfuerzo pueden contra cualquier límite.

“Recuerdo cuando tenía 10 u 11 años que iba avanzando como portera. Se suponía que estaba en equipos “mixtos” pero siempre era la única mujer en todos los torneos; así que siempre me tocaba jugar contra hombres y había ocasiones que no me podían meter gol, incluso las mamás o papás gritaban “¡Péguenle! ¡No importa que sea niña!” y eso me iba dando experiencia” comenta María.

Para ella, ser una de las pocas mujeres en el equipo, es algo a lo que está muy acostumbrada.

Por ejemplo, en 2015 comenzó a entrenar con Rafael Jardón quien la impulsó a conseguir una beca en la prestigiada Fundación Marcet, en Barcelona. De todo el programa, con más de 200 jóvenes, ella siempre fue la única mujer.  Incluso con eso, María se ganó el respeto de sus compañeros; sin quejarse ni exigirlo, sino haciendo lo que mejor sabe: jugar fútbol.

En 2017, con tan notable carrera, María fue invitada a unirse al Club Querétaro y fue fichada por el equipo femenil como la portera titular de esa temporada.

“Vivir la experiencia profesional es muy diferente a estar en un equipo amateur (…) jugar en estadios -históricos- es increíble y el sentimiento de equipo es muy fuerte” dijo la guardametas sobre la temporada.

Sin embargo, también hay cosas negativas, por ejemplo, ella denuncia “un tema de los más polémicos en la Liga MX femenil es que están muy mal los salarios. Afortunadamente yo tengo a mi familia, que siempre me ha apoyado, pero muchas de las jugadoras son foráneas y tienen un millón de gastos (…) los salarios son muy malos y la exigencia es la misma que a los demás jugadores”.

Durante 14 años, María mantuvo una prometedora carrera en la práctica futbolística; sin embargo, ahora está lista para continuar su camino y dejar a un lado la cancha, al menos momentáneamente.

“Por el momento me dedicaré a lo académico. Quiero ser periodista deportiva. (…) desde chiquita recuerdo que siempre que veía la tele eran programas de fut o de análisis de fut. He vivido viendo todo eso y me gusta; me gusta hablarlo, criticarlo, analizarlo”, afirmó María respecto a su futuro próximo, pues en agosto ingresa a la universidad.

María es una gran conocedora del deporte, ora por su afición a los medios especializados, ora por toda su experiencia en la cancha. Considera que en el periodismo deportivo hay una gran área de oportunidad, especialmente en el femenil; pues los espacios son pocos aún y la calidad del contenido puede mejorar mucho.

Al hablar de su vida, María no puede evitar mencionar el fútbol. Pasado, presente y futuro convergen en la cancha cuando se trata de ella. Cuando recuerda las anécdotas sonríe y al pensar en lo que viene se le iluminan los ojos. Ella es prueba de que la pasión -cultivada correctamente- puede vencer cualquier oponente y llevarte todavía más allá-

 

 

 

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