Israel Pérez Valencia | catedrático
“Todo lo que necesitas es amor”, aseguraban The Beatles en 1968 y tenían razón. El amor mueve al mundo y su ausencia lo degenera. Pero más allá de los corazones, chocolates, peluches enormes, globos en forma de corazón, canciones y rosas rojas que se suelen regalar en estas fechas, resulta fundamental el reflexionar que existen expresiones amorosas mucho más necesarias para la vida, como la autoestima, dignidad y tolerancia, todas ellas relacionadas con el amor propio y una relación de pareja que prevenga tanto la dependencia como la codependencia.
Y hablando del amor, hay que reconocer también que las tecnologías de la información no solo han afectado su expresión cara a cara, sino que han devaluado el lenguaje. Ahora es muy fácil decir “Te amo”–con un par de emoticones– sin estar consciente de las implicaciones que tiene esa frase. Bien lo decía el compositor Manuel Alejandro en los años 80, “Casi todos sabemos querer, pero pocos sabemos amar” y también lo advirtió el psicoanalista Erich Fromm, en “El arte de amar”, cuando señala que el amor inmaduro dice “Te amo porque lo necesito”, mientras que en el amor maduro puntualiza que “Te necesito porque te amo”.
¿Será por eso que actualmente las relaciones de pareja dejaron de ser duraderas?
El amarse a sí mismo y el saber las implicaciones de amar al otro son fundamentales para mejorar las relaciones humanas. Son los temas a los que invito a la reflexión este 14 de febrero.
Manuel J. Solis | productor
El amor es escuchar a mis hijos reír en el asiento trasero de auto cuando regresamos de la escuela. Es comenzar a ver «Roma» con mi mujer y detenerla a la mitad, poniéndonos de acuerdo solo con la mirada y burlándonos de la película y de nosotros mismos. Amor mandarle un meme a mi papá por WhatsApp y ver la foto vieja en la que me taggea mi mamá en Facebook. Amor es sentir como despega el avión que nos lleva a un largo viaje y ver a mi perrita dormida en un rayo de sol.
Al mismo tiempo, es algo que vive dentro de mí, en mi mente y que espero que los demás seres humanos experimenten. Amor es el motivo para trabajar, para levantarse en la mañana, para ver que nos tiene un próximo año. Amor es tomar una idea, desmenuzarla y escribir sobre lo que descubrimos. Amor es dedicar incontables minutos en que una animación, un plano, o un mueble, queden bien hechos.
Todas las acciones que los humanos llevan a cabo están motivadas por el amor, y pensar que un día es suficiente para celebrarlo es inocente, cursi y sumamente divertido.
Dejemos que se llenen los hoteles, los cines y restaurantes. Que se acaben las flores y los chocolates de las tiendas y que el tráfico sea infernal.
Ojalá hubiera más días de amor y amistad, y menos de votaciones, impuestos y ruedas de prensa.
Enrique Paniagua | creativo
Justo entrando en el mes de la mercadotecnia amorosa y justo para los que muchos llaman “celebrar el amor”, recién tuve un intento de noviazgo que duró tan solo algunos giros de la tierra sobre su eje. Al parecer, y si me dejo llevar por las estadísticas, cada vez duro menos.
Era, como de costumbre, una mujer hermosa y amena, pero también, y para no arruinar la costumbre, bastante inestable. “No eres tú, soy yo” me dijo. Y así se acabó mi entusiasmo, con una sonrisa por no creer la inverosímil frase que no escuchaba desde la prepa.
En una auto-encuesta titulada “Sobre el Amor” que publicó Luis Buñuel, el cineasta se preguntaba y contestaba lo siguiente:
I. ¿Qué clase de esperanza pone usted en el amor? Si amo, toda la esperanza. Si no amo, ninguna.
II. ¿Sacrificaría por amor, gustosamente o no, su libertad? Por amor sacrificaría con gusto mi libertad. Ya lo he hecho.
III. ¿Reconocería el derecho de privarse algún tiempo de la presencia del ser que usted amase, sabiendo hasta qué punto la ausencia es exaltante para el amor, pero percibiendo la mediocridad de tal cálculo? No querría separarme del ser amado. A ningún precio.
Entonces pues, me quedan claras dos cosas. Una, que Buñuel entendía el amor como a mí me gusta entenderlo, y la otra, que definitivamente el que tiene problemas soy yo, por escoger salir con ese perfil de personajes.
Porque aunque suena muy idiota, me quiero seguir poniendo la camiseta del amor sea la fecha que sea, por más ridícula que hoy ésta sea considerada. Yo digo que en esta vida si se es cursi hay que tener los huevos de admitirlo y demostrarlo.