Chicago, IL.- El resultado de la elección especial en el estado de Alabama es, sin ninguna duda, una campanada para el resto de los EEUU.
La sorpresiva victoria del demócrata Doug Jones sobre el republicano Roy Moore viene a revitalizar la lucha contra la llamada Derecha Alternativa, ese sector de la población estadounidense -mayoritariamente blancos- que no tendría el menor empacho en volver a la época de la esclavitud y la segregación racial.
Jones ganó una curul en el Senado venciendo a un candidato acusado de abuso sexual contra adolescentes y quien contaba con todo el apoyo de Donald Trump; sí, aunque usted no lo crea.
Además, este resultado lleva a un demócrata de Alabama a la Cámara Alta de Estados Unidos por primera vez en más de 25 años, acabando con la hegemonía republicana en ese escaño. También disminuye al mínimo la mayoría de senadores republicanos, lo que pone en peligro las reformas prometidas por ese partido y el propio Trump.
El perdedor Roy Moore intentó replicar el discurso de odio y divisivo que llevó al magnate a la Casa Blanca, pero esta vez su retórica contra los homosexuales, transgéneros, el aborto y la inmigración indocumentada no funcionó.
Muy cierto que entre el electorado de Alabama pesaron mucho las denuncias de mujeres contra Moore por sus presuntos actos de perversión sexual en menores de edad, pero el mensaje va más allá: es el repudio hacia la Derecha Alternativa en un estado sumamente conservador, cuyo ejemplo debe cundir en otras partes de la nación.
El demócrata Jones atribuyó su victoria al estado de derecho y al triunfo de la decencia, pero sobre todo dijo que el electorado de Alabama demostró al país que es posible estar unidos.
Ojalá que el divisionismo que aqueja a los Estados Unidos, promovido desde la misma Casa Blanca, siga siendo anulado como ocurrió en Alabama.
Esta no es una lucha partidista sino de principios básicos de moralidad, integridad, honestidad y dignidad. No podemos permitir que la Derecha Alternativa erosione el principio de convivencia social y que en el proceso las voces retrógradas sigan ganando terreno.
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