Antes de que se nos acabe el 2018, les traemos algunos detallitos de la clase política y, en particular, de la nueva clase política queretana, entre la que ha comenzado a destacar, para bien o para mal, el ex rector, Senador con licencia y hoy flamante súperdelegado del Gobierno federal, Gilberto Herrera Ruiz, quien, desde la primera semana de diciembre se apersonó en las oficinas de la delegación de la Secretaría del Bienestar –antes Secretaría de Desarrollo Social- para tomar posesión del cargo.
Don Gilberto llegó, se presentó con el personal y de inmediato, comenzó a dar instrucciones, sin aspavientos y mesurado, dicen, pidió conocer la estructura de la dependencia.
Lo que no sabemos a ciencia cierta es si dejó, por fin, las oficinas que desde la campaña ocupaba en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Querétaro; de ser así, entonces en el edificio de la Rectoría de la máxima casa de estudios del Estado, son los más felices por este hecho, en particular la Rectora, Teresa García Gasca.
A propósito de la UAQ, nos platican que muchos ya no ven la hora en la que el Presidente del Consejo Estatal de Morena, Ángel Balderas Puga, sea invitado a colaborar con el Gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador, no tanto por los merecimientos que pudo haber hecho durante la campaña, sino porque quiere mandar a todo el mundo como si él fuera el Rector. Bájele don Ángel.
Donde las cosas, de plano siguen sin caminar, es en el PRI estatal en donde el ‘dirigente’ Juan José Ruiz, ya agarró barco en el Cabildo del municipio de Querétaro y de plano, la actividad partidista la ha hecho a un lado, tanto así que en las oficinas de la sede estatal priista, allá por los rumbos de Corregidora, dicen que si va, en una de esas ya no lo reconocen.
Y para terminar; el equipo de EL QUERETANO les desea a todos nuestros lectores, que pasen unas felices fiestas en compañía de sus seres queridos, en un ambiente de paz y armonía. Nos leemos el 8 de enero.