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¿Crees que el combate al robo de hidrocarburos del gobierno federal se ha realizado de la manera adecuada?

Enrique Paniagua | creativo

La patria es primero. Eso, eso repetía siempre un gran amigo desde que estábamos en primaria, una y otra vez: La patria es primero. Y quizá desde ahí me programé por un cierto gusto y honor por lo mexicano. Seguramente seguí trabajando y reafirmando en mi casa con la ayuda de las quejas por el mal gobierno de las que siempre hablaban mi jefe y mi jefecita; pero eso sí, siempre dijeron que seguramente no había lugar más bonito que mi México.

Sé que hoy en día es considerado de mal gusto declararse abiertamente patriótico, con todo esto de las absurdas fronteras, un puto muro intransigente o la globalización a todo galope, pero para como yo entiendo la patria, es el bien común delimitado en costumbres, regiones, o conceptos, y sí, debería de ser primero a los intereses públicos y no particulares de algunos políticos.

Yo digo que no soy nacionalista, soy mexicanista como diría el Mastuerzo de Botellita de Jerez (cuyo álbum por cierto se llamó “forjando patria”). Creo que en este país, con los complejos post-coloniales y el autoestima tan baja que heredamos; el promover cierto orgullo local no nos cae mal, todo lo contrario, puede ayudarnos a subsanar varios traumas, pero definitivamente no creo en sus gobernantes que, más allá del engaño o robo, léase de combustible, dinero de arcas públicas, etc., engañan al pueblo y provocan caos y crisis solo para tapar lo que lleva décadas sin válvula de escape. No, no mi estimado gobierno sin esperanza, así no. Digan siempre la verdad, ya lo decía el buen Juan 8:31, la verdad os hará libres.

Manuel J. Slolis | productor

Mi primera intención era escribir que no estoy capacitado para responder la pregunta. Me proponía comprar mi incapacidad de juzgar una cosa así, por mi poca experiencia en el tema, y lo fundamental que es tener conocimientos técnicos y de estrategia para poder no solo hacer un juicio, sino implementar esa estrategia. Pensaba concluir argumentando que para poder atacar de manera efectiva a los delincuentes, me parecía muy importante que el gobierno no revelara información que ellos, los malos, pudieran utilizar. Sospechaba que la falta de datos de producción, compra de material, transporte, distribución y acciones en concreto podrían ser un plan de nuestro gobierno para atacar este delito de manera efectiva.

Por desgracia, hoy ya no pienso que sea así.

No hay pruebas de que este sea un plan maestro, una estrategia genial que ataque el problema en varias dimensiones, o de que esté funcionando. Las respuestas y el comportamiento de los miembros de gabinete presidencial son poco elocuentes, equívocas y a todas luces improvisadas. El mismo Presidente López trata los cuestionamientos como ataques y maniobra con su acostumbrada broma, arenga o respuesta de que «él tiene otros datos, que después nos los va a mandar».

El robo de combustible, como muchos otros ilícitos, está profundamente arraigado en la cultura de nuestro país, y la estrategia para subvertir un rasgo cultural no es esta.

Yo veo tanto éxito en esta estrategia, como en la que llevó a cabo Calderón contra el narcotráfico.

Israel Pérez Valencia | docente

Resulta una pregunta complicada de responder, tomando en cuenta que no contamos con modelos o procedimientos de cómo se debe llevar a cabo el combate contra esta actividad criminal. Las estrategias llevadas a cabo por gobiernos anteriores también fueron experimentos que no erradicaron el robo de hidrocarburos y los resultados de la iniciativa actual no será posible verlos en un futuro cercano.

Lo que cierto es que hasta el momento, tanto la estrategia contra el robo de combustible como el consecuente desabasto de gasolina en varios estados del país, no dañó del todo la percepción social hacia el presidente, si hacemos caso a las diferentes encuestas que se dieron a conocer en los medios nacionales. No obstante, resultará interesante observar la tolerancia de la población si la falta de combustible se agudiza en los próximos meses y si llega a aumentar su repercusión en aspectos como el transporte de mercancías o de personas. Habrá que ver la estrategia mediática con la que se explique que las molestias seguirán siendo “momentáneas”.

Y sobre el “huachicoleo”, esperemos que la tragedia ocurrida en Tlalhulilpan, Hidalgo y la gran difusión que se le ha dado, despierte la conciencia de la población respecto a no arriesgar su integridad en aras de conseguir algo de gasolina o ganarse unos cuantos pesos. Las transformaciones en la sociedad también se dan de abajo hacia arriba y no dependen, necesariamente, de un solo hombre en el poder.

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