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La trinchera azul

En las filas del Partido Acción Nacional (PAN) cada vez son más los que creen que Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz será su candidata presidencial en 2024. Hay muy poco espacio para la duda.

En la medida que el tiempo pasa, en esa medida la realidad se perfila hacia esta condición. El explosivo crecimiento mediático de la hidalguense, su “click” con la ciudadanía (por su perfil e historia de vida) y sobre todo, por la ofensiva en su contra desatada por el presidente mexicano y el morenismo en general, son elementos que se conjugan para llevarla a ser la indicada para tal competencia.

Señales

En territorio queretano parece que esa percepción también crece día con día y para eso es que se comienzan a preparar.

Por lo pronto, el gobernador de la entidad, Mauricio Kuri González ya expresó su aprobación por Xóchitl aun cuando -la regla obliga- habrá de recibir a todos los aspirantes, como ya lo hizo con Santiago Creel Miranda y con el colimense José Luis Preciado, que estuvieron la semana antepasada en la capital queretana. 

También mencionar que en el equipo de Gálvez ya se cuenta con la incorporación de Marcela Torres Peimbert, la exsenadora de la república y expresidenta del patronato del DIF en Querétaro. Ella fungirá (o funge ya) como su coordinadora de campaña en la entidad.

En un plano subjetivo, aunque presente, agrego la visión entre algunos panistas que lo mejor sería que Santiago Creel y Xóchitl Gálvez llegaran a un acuerdo para que el primero funja, en un futuro e hipotético gobierno federal, como Secretario de Gobernación.

También se ve con “buenos ojos” la determinación del exgobernador del estado, Ignacio Loyola Vera, de haberse anotado como aspirante a coordinar la construcción del Frente Amplio por México (es decir, de competir por la candidatura presidencial de dicha alianza).

Incluso, hay quienes apuestan a que será uno de los pocos que logre reunir las 150 mil firmas requeridas para pasar a la siguiente etapa de la competencia por la postulación.

En lo local

Obviamente, estos movimientos de “corte nacional” van acompañados de los movimientos en el ámbito local.

Si en los próximos nueve meses este escenario no se altera sustancialmente, estaremos ante un nuevo triunfo electoral del PAN en Querétaro.

Por supuesto, falta saber si en la entidad se concretará o no la alianza entre el blanquiazul, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el de la Revolución Democrática (PRD).

También falta ver qué sucederá con Morena, pues en estos momentos enfrenta un conflicto interno debido a la idea de la dirigencia estatal, encabezada por Rufina Benítez Estrada de expulsar de sus filas a cuatro de sus cinco diputados locales (aunque la jugada no funcionó). 

Recordemos que los legisladores votaron a favor de la adquisición de un empréstito para gobierno del estado, cuando ella les pidió que lo hicieran en contra.

Los tiempos son distintos para Morena que para el PAN y sus potenciales aliados. Para el primero, lo urgente es resolver la trifulca interna, para el panismo lo importante es decantar quiénes serán sus candidatas y candidatos en 2024… y para 2027.

Hipótesis

Parece que el blanquiazul, poco a poco resuelve su reto de definir candidaturas para el año venidero. Por eso es que desde ahora hay quienes miran hacia el año 2027, cuando se habrá de elegir gobernador de la entidad.

Hay quienes piensan y lo piensan en serio que para esos tiempos la madurez política y personal haya avanzado sustancialmente en Ricardo Anaya Cortés. Si esto es así y si además ha disminuido o terminado la ofensiva de Estado en su contra, entonces bien podría competir por la gubernatura estatal.

Habrá que ver, con el tiempo, cuántas de estas cosas, pensamientos y prospectivas se cumplen y, sobre todo, tratar de comprender por qué sí y por qué no se concretaron.

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