Momentos tensos se vivieron en los días previos a las elecciones del Sindicato de Trabajadores Petroleros, ante una confusión nunca antes vista en la historia, donde un presidente electo comenzara a gobernar, prácticamente al día siguiente de la elección.
Ese ambiente donde la figura del ejecutivo actual, Enrique Peña Nieto está como la muñeca fea, escondida por los rincones y con un amparo por si las malditas dudas y cede ya la silla a la Cuarta transformación.
Esto propició que algunos, oportunistas en la cresta de la marea vinotinto, comenzaran a tejer alianzas y a juntar trasnochados en nombre de su líder, Andrés Manuel, quien, con su varita mágica, acabaría con la corrupción donde quiera que apuntara.
Esa varita apuntó a los sindicatos y su gobierno paró en seco a estos oportunistas que iban hablando con la voz del cambio, y el desorden fue total, desde militantes de las bases hasta diputados y Senadores ya en funciones, quienes vieron totalmente violentadas sus aspiraciones al poder. Por ahí no. Tuvo que ir a decirlo en persona y de manera pública en su gira de agradecimiento.
Me refiero a lo que sucedió durante el proceso electoral de las secciones sindicales que integran el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, donde muchos se quisieron pasar de vivos para fortalecer supuestos movimientos democráticos y revolucionarios, que de origen nacieron muertos, ante lo que demostró ser un sector laboral que, a pesar de las reformas y las críticas, sigue unido.
En esos días de confusión, dos entes que estarán en un gobierno, que no gobierna de facto, salieron a aplacar a todo mundo, las senadoras y próximas secretarias de Gobernación y de Energía, Olga Sánchez Cordero y Rocío Nahle García, se declararon a favor de la autonomía sindical.
Al final, la próxima secretaria de energía, dijo que esperaba que los trabajadores petroleros pudieran “aprovechar la oportunidad”, y lo hicieron.
El pasado 31 de octubre, se realizó la última jornada de elecciones de los trabajadores petroleros y más de 93 mil trabajadores ejercieron su derecho.
Con la participación de casi el 85 por ciento del padrón, los trabajadores petroleros dieron muestra de cómo se debe realizar una elección y lo más importante, cómo defenderla, como se debe defender la autonomía sindical en la mayor empresa en este país: Pemex.
Sin duda la autonomía sindical es uno de los respiros de la democracia en este país, de la que ya algunos se sienten dueños. Los trabajadores de Pemex, decidieron mantener el rumbo del barco ante la incertidumbre de lo que pasará con la reforma energética, decidieron la unión y el rumbo. El gobierno del régimen que viene, no quiere un quinazo, o un Elbazo, un Napazo, para legitimarse. Confía en la autonomía, sin necesidad de persecuciones o legitimizaciones, con el derecho ajeno.
A López quizá, aparte del peinado, emuló a su mesías (si, por que el mesías también tiene su mesías y así), Respetó el derecho ajeno, respetó el derecho a la autonomía, gran precedente para los demás sindicatos. Hay paz en el sindicato petrolero, ¿Hay paz en la SNTE? ¿En la CNTE? ¿En la CFE?
Tiempo al tiempo.