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La popularidad presidencial a tres años

Alejandro Moreno / LAS ENCUESTAS_220107

* Los datos revelan que la luna de miel en el país es más una excepción que una regla, pero se ha dado en los casos de alternancia partidista en la que el PRI es reemplazado en la Presidencia.

¿Cómo le ha ido a la popularidad de los presidentes mexicanos durante sus primeros tres años de gobierno? Junté las encuestas desde Salinas hasta López Obrador para ver qué patrones se observan. Lo hice calculando los promedios anuales de aprobación, los cuales esconden, por supuesto, las variaciones observadas a lo largo del año; pero facilitan el comparativo al hacer más manejable la cantidad de datos y enfocarse en la tendencia general. Con base en eso derivo los siguientes aspectos de la popularidad presidencial en el país.

1. Trayectoria de popularidad al alza. Carlos Salinas (1988-1994) y Ernesto Zedillo (1994-2000), ambos de afiliación priista, vieron subir sus índices de popularidad a lo largo de sus primeros tres años de gobierno. Salinas promedió 63, 72 y 77 por ciento de aprobación en su primer, segundo y tercer año, respectivamente.

La aprobación promedio a Zedillo fue de apenas 37 por ciento en 1995, en medio de la crisis económica, subiendo a 42 por ciento en el segundo año y a 56 por ciento en el tercero, reflejando la recuperación económica y casi emparejándose con los niveles que obtendrían otros presidentes posteriores a la mitad de su sexenio. Tanto Salinas como Zedillo fueron casos de popularidad al alza. El aumento neto del primer al tercer año fue de 14 puntos en el caso de Salinas y de 19 puntos en el de Zedillo. A Zedillo le llevó más tiempo recuperarse de su primer año, pero su recuperación fue incluso mayor en términos proporcionales.

2. Trayectoria de popularidad a la baja. A diferencia de sus copartidarios priistas, Enrique Peña Nieto (2012-2018) registró una tendencia descendente en sus niveles de aprobación, promediando 49 por ciento en su primer año, 47 por ciento en el segundo y 37 por ciento en el tercero. Peña Nieto es el único presidente que ha tenido una popularidad con tendencia a la baja. Entre el primer y el tercer año perdió 12 puntos netos de aprobación, considerando el promedio anual. Todavía bajaría más.

3. Casos de luna de miel con estabilización. Las trayectorias en la popularidad de Vicente Fox (2000-2006) y de AMLO (2018-2024) son muy parecidas: ambos comenzaron con una alta popularidad, la cual bajó en el segundo año y se estabilizó con un apoyo mayoritario. Fox inició con una luna de miel atribuible a la alternancia, el llamado “bono democrático”, promediando 65 por ciento de aprobación en su primer año, bajando a 56 por ciento en el segundo año y registrando 59 por ciento en el tercero.

Por su parte, López Obrador tuvo una luna de miel más generosa, con 71 por ciento de aprobación promedio en el primer año; ésta bajó a 62 por ciento en el segundo año y se estabilizó en 61 por ciento en el tercero. A la mitad de sexenio, la popularidad de AMLO es ligeramente más alta que la de Fox en su momento, pero en pérdida neta de popularidad el panista bajó 6 puntos y el morenista 10 puntos. Algunos piensan que AMLO podría perder más popularidad, dado el antecedente de Peña, pero el mexiquense fue más la excepción que la regla, y la trayectoria de la popularidad de AMLO es más parecida a la de Fox, hasta ahora.

4. Trayectoria estable. La popularidad de Felipe Calderón (2006-2012) se mantuvo muy estable durante sus tres primeros años de gobierno: 63 por ciento promedio en su año inicial, 63 por ciento en el segundo año y 64 por ciento en el tercero. Una variación de apenas un punto. Hubo crisis financiera internacional, una epidemia y la guerra contra el crimen organizado, pero los niveles de aprobación en promedio anual no registraron cambios.

En popularidad, AMLO es el presidente que inició más alto; pero Salinas es el que terminó su primer trienio más alto. Zedillo es el que más avanzó y Peña el que más retrocedió. Fox ocupa el segundo lugar de aprobación inicial más alta y Calderón el segundo lugar en el tercer año.

Los datos revelan que la luna de miel en el país es más una excepción que una regla, pero se ha dado en los casos de alternancia partidista en la que el PRI es reemplazado en la Presidencia. Las trayectorias en la popularidad de Fox y de AMLO son muy parecidas hasta ahora. Habrá que esperar al segundo trienio para ver si hay alguna diferenciación. Por lo pronto, seguiremos al tanto de lo que indican las encuestas.

amoreno@elfinanciero.com.mx

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