En términos de dinero, inversión es dejar de usar el circulante para adquirir bienes de consumo y adquirir capital fijo, es decir, comprar “herramientas” que permiten al país, a las empresas, a las familias, producir más bienes o servicios.
¿Cómo va la inversión en México? La tendencia publicada por la organización “México ¿Cómo Vamos?” deja ver que en materia de inversión, vamos al revés de la meta planteada por dicha organización.
La suma de inversión privada y pública no ha superado el 24% del Producto Interno Bruto que se alcanzó en el cuarto trimestre del año 2008.
En ese el gobierno federal contrajo deuda pública y la destinó principalmente a inversión de infraestructura, como una medida “contra cíclica”, como una forma de paliar la crisis económica mundial desatada desde Wall Street.
Sin embargo, el resto de la década, la inversión pública ha tenido predominantemente tasas de crecimiento negativas; es decir, se ha ido reduciendo el monto de lo que el gobierno dedica a infraestructura. Con todo y el aeropuerto nuevo o el tren a Toluca.
El escenario de finanzas públicas no es la miel sobre hojuelas que algunos pintan. Creció la deuda pública, creció la recaudación y ha bajado la inversión pública.
¿A dónde ha ido el dinero? Al menos al crecimiento económico, parece que no.