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El Frente de Anaya topa con pared

La ambición desmedida de Ricardo Anaya por aparecer en la boleta electoral como candidato para la Presidencia de la República causa división por todos lados.

El panista interpone intereses personales ante todo para conseguir su objetivo. Primero ocasionó una fractura en el interior del PAN cuando Margarita Zavala y un nutrido grupo de calderonistas decidieron abandonar Acción Nacional acusando que Anaya tenía secuestrado el partido y que se negaba a poner reglas claras para la selección del candidato presidencial en el ya conformado Frente Ciudadano por México, integrado por el blanquiazul, el PRD y Movimiento Ciudadano.

Los líderes del Frente comenzaron a repartirse primero las posibles candidaturas para los estados que tendrán elección para gobernador en el 2018. Ahí Anaya cedió Morelos para que fuera encabezado por algún candidato perredista cercano a Graco Ramírez, pero no contaba con que el panismo local ha sido uno de los más duros críticos del Mandatario morelense, por lo que la dirigencia estatal anunció que en dicha entidad no habría Frente y el PAN iría en solitario en los comicios para la gubernatura.

La siguiente fractura en el Frente Ciudadano se dio en Jalisco, cuando el actual Alcalde de Guadalajara, Enrique Alfaro, quien es el mejor posicionado en las encuestas, anunció a finales de noviembre que él no sería candidato del PAN, ni del PRD, sino que iría sólo por Movimiento Ciudadano. Los rumores sobre el por qué de la decisión de Alfaro se centraron en que Anaya y el PAN querían que se les diera candidaturas de varias alcaldías importantes en el estado para ir recuperando el terreno que perdieron en esa entidad, la cual llegó a ser uno de los más importantes bastiones panistas del País y que fueron perdiendo por malos gobiernos. Sin embargo, Alfaro y su equipo rechazaron la imposición y decidieron que no necesitaban del albiazul para ganar la elección y seguir pintando de naranja el mapa de Jalisco.

Todo parecer indicar que la ambición de Anaya podría romper o fragmentar el llamado Frente Ciudadano por México, el mismo que él construyó sabiendo que para el PAN era muy difícil ganar las elecciones presidenciales si no era por medio de una coalición. Sin alianza y con ruptura en el partido, vencer a López Obrador o al PRI es una misión imposible.

Pero PRD y PAN no logran ponerse de acuerdo y todo indica que para mantener el Frente, deberán medirse tanto Mancera como Anaya en algún método democrático, ya que de lo contrario cada quien ira por su lado.  Nadie cede, nadie quiere quedar fuera de la boleta.

De todas formas, con Frente o sin él , los panistas tendrán dividido el voto. Unos lo harán por Anaya, otros por Margarita y algunos más le darán su voto al PRI y a José Antonio Meade, con tal de frenar una posible victoria de López Obrador, dándose así el famoso voto para la alianza no escrita del PRI-AN que tanto señala el tabasqueño.

El Frente de Anaya no va de frente, por el contrario, como los cangrejos, va para atrás. El Frente que quiso construir para alcanzar sus intereses personales puede topar con pared. El Frente en lugar de unir, sólo está dividiendo. Ya veremos, a final de cuentas, a quién le hizo un favor Anaya con sus caprichos, pero todo parece indicar que a él no será.

@hecguerrero

 

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