Hace un par de semanas vi una serie de ciencia ficción en Netflix, “Away”, que narra el primer viaje humano a Marte. Varias cosas me disgustaron, pero en especial la imagen que presentan de un Estados Unidos donde las mujeres pueden ser líderes, donde hay gran tolerancia a diferentes razas y preferencias sexuales, a los discapacitados y los ancianos. Una rápida mirada a las noticias y queda claro que eso es más que una fantasía, una burla.
Del mismo modo que películas, series y otras expresiones culturales pueden promover una falsa realidad, hay esfuerzos muy dirigidos a presentar información que no refleja la realidad. Por varios años, he sabido de conferencias hechas a lo largo de México donde se ofrece a los asistentes acceso “fácil” a programas de intercambio laboral en Estados Unidos y Canadá.
Por ejemplo, realmente existe un Programa Estacional de Trabajadores Agrícolas (SAWP por sus siglas en inglés), que ofrece oportunidades laborales en Canadá. Recientemente se incluyeron algunas medidas sanitarias y multas para los empresarios que traen trabajadores foráneos y no las cumplan. Las fronteras de Canadá siguen cerradas al turismo extranjero, pero estos obreros temporales tienen entrada especial, pero -igual que los ciudadanos canadienses que regresan de algún viaje fuera del país- deben ponerse en cuarentena por 14 días. Los patrones deben proveer paga por ese tiempo, albergue y acceso a servicios médicos (como medida temporal).
Sin embargo, hay servicios presuntamente de asesoría legal que muchas veces prometen trabajo garantizado, altos sueldos y muchas prestaciones. Por ejemplo, dicen que en estos programas temporales (no sé si explican que es trabajo agrícola) con sueldos de $14 dólares canadienses la hora. Y es cierto, la cifra es correcta, pero ése es el salario mínimo en Canadá y, en muchos casos, los patrones descuentan grandes cantidades de ese salario por hospedaje y comida. La gente termina confinada en cuartos hacinados sin medidas sanitarias básicas y sin capacidad de salir de la zona donde están trabajando.
Durante la pandemia salió a relucir el caso de muchos trabajadores agrícolas temporales mexicanos en Canadá, contagiados de COVID, 3 de ellos fallecieron. Aun cuando se dijo que, gracias a las gestiones del gobierno de México, Canadá daría residencia permanente a estos trabajadores, la realidad es que no es cierto; las autoridades canadienses obligaron a los patrones para que implementar medidas sanitarias a sus trabajadores temporales. Y esto gracias a la presión de algunos grupos sociales que luchan por derechos laborales.
Y aquí hay algo interesante, el gobierno actual se prepara para una posible transición política, y se están delineando medidas de apoyo a los sectores afectados por la pandemia; uno de ellos podría llegar a beneficiar a estos trabajadores temporales mexicanos.
El día de ayer se llevó a cabo en Ottawa el Discurso del Trono, en el que la representante de la Reina leyó ante el Senado el plan de gobierno delineado por Justin Trudeau para mover a Canadá fuera de la crisis económica desatada por la pandemia, así como las medidas inmediatas para lidiar con la segunda ola (que ya inició). Hoy, el Parlamento empezó a discutir el contenido de ese plan; Trudeau del Partido Liberal necesita apoyo de al menos otro partido para continuar en el poder. Los Conservadores y el Bloque de Quebec han expresado su rechazo al plan (y por tanto buscan la disolución del actual gobierno).
La moneda está en el aire, Trudeau necesita el apoyo del Partido Neo Demócrata (NDP), cuyo líder Jagmeet Singh, para continuar en el poder. Singh señaló que tiene dos condiciones para darle su apoyo, una es la continuación del programa de apoyo financiero temporal de la pandemia para aquellos que no califican para seguro de desempleo (como el caso de profesionales independientes) y la otra es garantizar a todos los trabajadores dos semanas de enfermedad con paga.
Si Trudeau quiere evitar una elección rápida tendrá que dar a los neo-demócratas lo que están pidiendo, lo que podría beneficiar a personas que trabajan por hora o incluso a los paisanos que vienen al país de manera temporal. Los activistas sociales han presionado al gobierno para dar estos beneficios a las personas que trabajan los campos, considerados trabajos esenciales dentro de la pandemia, pues que garantizan alimentos para todos los canadienses.
En el Discurso del Trono se hizo mención a un grupo de refugiados que sí lograron residencia permanente de forma muy expedita… Desde hace un par de años, una oleada de haitianos y somalíes entraron de manera ilegal a la Provincia de Quebec, huyendo de los Estados Unidos buscando refugio político. Algunos de ellos han estado trabajando en asilos cuidando de ancianos, cuando debido al COVID 19 todos los centros geriátricos estaban infectados, muchos de sus empleados enfermaron y otros simplemente dejaron de trabajar por temor a contagiarse. Fue tan severo el caso en esa provincia que el ejército tuvo que mandar personal a cuidar de los ancianos. Cuando el personal militar se retiró, algunas de esas personas tomaron esos trabajos. Se calcula que mil personas recibieron residencia permanente gracias a su labor en centros geriátricos.
Una de las bondades que ha traído la pandemia es que ha puesto en evidencia situaciones que de otro modo quedarían en las sombras. Cuando uno oye sobre ofertas laborales en otros países, que parecen demasiado maravillosas para ser verdad, es por que no lo son. México, como todo el mundo, se dirige a una profunda crisis económica -como todo el planeta-, y mucha gente querrá aventurarse a perseguir el sueño americano o el sueño canadiense.
Debemos entender que la pérdida de puestos laborales es una realidad en todo el mundo y hay gente que aprovecha la ocasión para vendernos sueños, supuestas oportunidades que resultan ser mentira y lejos de llegar a una linda oficina, con sueldos altísimos y mejor calidad de vida, termina siendo una especie de esclavitud moderna, viviendo en casuchas hacinadas, sucias, trabajos muy pesados en condiciones climáticas muy extremas y con movilidad restringida.
No hay que creer todo lo que se ve o se escucha, los caminos fáciles y cortos para el éxito no existen. Las críticas de la oposición al plan de Trudeau dicen que suena demasiado ambicioso, está lleno de promesas difíciles de cumplir y buenos propósitos que en el mejor caso heredaran una de las deudas más grandes en la historia de Canadá, pero a pesar de todo el país ha librado la pandemia mejor que otras naciones del primer mundo.
Los altos vuelos requieren tren de aterrizaje. Es valido aspirar a una mejor calidad de vida y hay oportunidades en otras naciones, pero el mundo de hoy, post-Covid, podría estar lleno de retos y espejismos.
Dicen que la vida es sueño… “Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.”