Sin ser pedagogo y los que tenemos la dicha de ser padres, sabemos cuáles son las características de un infante que se la pasa haciendo berrinches.
De acuerdo con especialistas, algunas de las características de estos comportamientos son la manipulación, ya sea de forma verbal o física; sólo piensa en sí mismo, que todo gira en su persona, que no cumple con tareas encomendadas o las hace sin esforzarse, es desafiante ante los padres, son intolerantes a la frustración, considera normal su rabieta, y todo empieza por un simple llanto, un niño cree que el mundo está a su favor, o hace lo posible por molestarlo.
¿Les recuerda a alguien?, tristemente si, pues parece que nuestro país está gobernado por un niño caprichoso de tres años.
En Palacio Nacional todo se reduce a una persona: la política, la historia, el presente y si no, pues todos están en contra.
Lo peor es que, si tenemos en el palacio un reyecito caprichoso, tenemos una oposición y una opinión pública que baila al son de sus rabietas, de sus ocurrencias, como lo hemos dicho ya reiteradas veces en este espacio. Todo se mueve alrededor de su farsa.
Hoy el universo, el adversario que conspira contra López y su pueblo bueno, es la Suprema Corte de Justicia, pero como les digo siempre, en la política no hay sorpresas, sino sorprendidos.
Recordemos que en 2019, algunas personas intentaron tramitar amparos para impedir la construcción del aeropuerto de Santa Lucía y un magistrado votó en contra.
Y luego ¿Qué sucedió? ¡pum! El Consejo de la Judicatura Federal (CJF) anunció la suspensión del magistrado Jorge Camero Ocampo, quien había revisado las suspensiones contra la construcción del Aeropuerto en la Base Aérea de Santa Lucía y votó en contra. El magistrado falleció a los pocos meses.
Lo que sucede hoy, es una alerta para los mexicanos y para el sistema democrático, pues la semana pasada, a un día de que la reforma a la CFE entrara en vigor, un juez federal en materia de competencia, otorgó una suspensión de todos los efectos de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), aprobada el pasado 2 de marzo.
“La suspensión provisional que se concede es para el efecto de que se suspendan todas las consecuencias derivadas del Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la LIE, publicado en el Diario Oficial el 9 de marzo de 2021”, señala el acuerdo.
Y claro, un gobernante que tiene bajo su dominio al poder ejecutivo y al poder legislativo, no le gusta que el poder judicial no esté en su control.
Recordemos que, en nuestro país, el poder o el gobierno está dividido en tres grandes grupos de personas que se reúnen a discutir para tomar las decisiones más importantes sobre lo que sucede en los distintos espacios de la vida de nuestra sociedad. Estos grupos, o poderes, que conocemos con el nombre de «Poderes de la Federación», son el Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial.
Hoy López es el ejecutivo y el legislativo y también quiere ser el judicial cueste lo que cueste. ¿Y qué hizo?, pues enviar una carta al presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar, por el caso del juez que frenó la reforma eléctrica.
«De manera respetuosa, en observancia al principio de separación de poderes, le solicito que el Consejo que usted preside determine e informe si a la autoridad judicial mencionada le correspondía o no aplicar de manera oficiosa a quienes no lo solicitaron y si es de su competencia o no resolver sobre este caso».
Por su parte, el ministro Zaldívar, aseguró que la queja de AMLO sería remitida al área correspondiente del Consejo de la Judicatura para que «de existir elementos se abra la investigación que en su caso procediera, con pleno respeto a la autonomía e independencia de la función jurisdiccional, así como las garantías que la protegen».
El ministro de la Suprema Corte cuidó en extremo las formas, al recordar que en la democracia y el Estado de Derecho las «juezas y jueces pueden actuar en un marco de autonomía e independencia».
Así López lanza toda la fuerza del estado para desacreditar y desprestigiar al aparato de justicia y a los propios jueces en estos tiempos electorales, para tratar de ganar voto, pues ante la respuesta de Zaldívar, amagó con emprender una reforma constitucional si se declaran inconstitucionales los cambios en la Ley de la Industria Eléctrica.
«Yo estoy seguro de que no es inconstitucional la reforma, pero si lo determinan jueces, magistrados, ministros de que es inconstitucional y de que no puede proceder, iniciaría una iniciativa de reforma a la Constitución». Su rabieta, su capricho.
Pura pantomima, la discusión del tema, está en redes, en los medios, porque de forma perversa, López sabe que es imposible, por lo menos en este sexenio que pueda modificar la constitución, pero los fanáticos compran todas (y la oposición también).
Hoy es un hecho que las grandes reformas de la 4T se encuentran en tribunales, se encuentran en litigio, temas como la austeridad, extinción de dominio, guardia nacional, superdelegados, etc., están atoradas en el poder que aún no posee: el judicial.
Así que el tema va a dar mucho de qué hablar en estos días, pero la alerta roja ahí está y nada va a frenar esas ambiciones, esos caprichos más que el poder judicial y la población que no permita que el poder judicial caiga en manos de la misma persona.
El afán de López es tener en el puño a los tres poderes, hacer su santa voluntad, manipular y engañar a los que se dejen para mantener su hegemonía en el congreso.
Volviendo al tema, darle a un niño todo lo que quiere para que no llore o no haga una rabieta, no es demostrarle afecto, al contrario, si hace eso es porque no le preocupa su futuro, cómo crecerá… tiene que enseñarle el valor de las cosas y que con berrinches no obtendrá lo que desea.
De nosotros depende que no se convierta en un monstruito.
¿O dejaremos que se salga con la suya?
Tiempo al tiempo.