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Canadá: cerrando puertas

Exactamente hace un mes, el 29 de febrero, el gobierno de Canadá anunció que, a partir de ese día, los mexicanos que vengan a Canadá tendrán que solicitar una visa… justo como pasó en 2016.

Bien dicen que los pueblos que olvidan su historia corren el peligro de repetir los errores del pasado, incluso al paso de solo 8 años.

En mis columnas anteriores ya había comentado que los dos últimos años Canadá había registrado números récords en el crecimiento poblacional, más de un millón de personas agregadas por año, en su mayoría foráneos. No hace mucho, el primer ministro Trudeau anunció que quería aumentar la meta de migrantes de 400 a 500 mil anualmente… Y la realidad lo alcanzó muy rápido, pues esa cantidad se duplicó el mismo año del anuncio, a tal grado que se ha convertido en un problema que está obligando a meter reversa de emergencia y empezar a cerrar puertas.

El problema es más complejo de lo que parece, por un lado, tan solo el número de gente que llega al país, por cielo y tierra, no únicamente de América Latina, sino de todo el orbe. La entrada por la provincia de Quebec as las más grave y el premier de allá presionó al gobierno federal, pero también hubo imposiciones de parte del gobierno de los Estados Unidos que empezó a notar una creciente llegada de ilegales -particularmente mexicanos- a Canadá para colarse luego al vecino del sur.

Y las medidas no quedan ahí, hace solo una semana, el Ministro de Inmigración, Marc Miller, informó que por primera vez en la historia se iba a imponer un tope al porcentaje de residentes temporales en Canadá, esto es estudiantes internacionales, trabajadores extranjeros temporales (como los agrícolas) así como personas que buscan asilo. Esta nueva medida entrará en operación a partir de septiembre de este año. Actualmente, la población flotante (residentes temporales) representa el 6.2% del total de habitantes, la meta es que no rebase el 5%.

En este caso, la razón predominante es el abuso algunos estudiantes de la India, que llegan como estudiantes y con el uso de pseudo despachos de inmigración, terminan pidiendo asilo y se quedan de manera permanente, algunos de forma ilegal.

Todo esto porque el país atraviesa una enorme crisis de vivienda, el costo aun de las rentas ha empujado a mucha gente a mudarse a áreas rurales, a otras provincias, y aun algunos a regresar a sus países de origen.

Volvamos al caso de la visa para mexicanos. La vez anterior (2016) se debió a que el número de solicitantes de asilo político presentado por mexicanos se colocó por encima de gente proveniente del resto del mundo, incluso Haití, Siria, Afganistán, Ucrania y varios países africanos. En esa época, era sabido que había muchos despachos de abogados canadienses yendo a México a hacer seminarios y promociones engañosas para traer a gente de forma ilegal al país.

Esta vez, la historia se repitió, los mexicanos de nuevo se colocaron por encima de la gente aplicando para refugio por encima del resto del mundo. Lo cual chocaría totalmente con la visión oficialista de que México vive en jauja, que ya non hay corrupción, ni criminalidad, que hay muchos empleos, etc.

Los datos presentados por el gobierno canadiense al anunciar la medida de las visas, indican que en 2023 el numero de solicitudes de asilo presentadas por ciudadanos mexicanos fue cifra récord, pasando de 260 solicitudes en 2016 a 23,995 solicitudes en 2023; 60% de las cuales fueron rechazadas por la Comisión de Inmigración y Refugiados de Canadá, o bien fueron retiradas o abandonadas por los solicitantes.

A diferencia de lo ocurrido en 2016, esta vez el gobierno está permitiendo que la gente que cuente con una visa americana, tramite únicamente lo que se conoce como ETA (autorización electrónica de viaje), que existía antes de la nueva medida.

Hace un mes el ministro Miller afirmó «México es un socio importante para Canadá. Continuaremos dando la bienvenida a los trabajadores temporales, estudiantes, visitantes e inmigrantes mexicanos que aportan sus capacidades y talentos a nuestra economía y que contribuyen de manera importante a nuestras comunidades. Nos esforzamos por lograr un equilibrio entre el movimiento de personas entre nuestros dos grandes países y la necesidad de aliviar la presión que pesa sobre nuestro sistema migratorio, a fin de estar en medida de proporcionar protección a quienes más la necesiten».

Sin embargo, semanas después anunció nuevas medidas para restringir la llegada de estudiantes internacionales y la reducción en los programas de trabajadores temporales, no solo de México, sino de todo el mundo. Como parte de esta nueva política migratoria, muchos negocios canadienses tendrán que reducir el número de trabajadores extranjeros temporales a partir del 1º de mayo, con mucho menor tiempo para justificar la razón por la que tienen que traer gente de fuera para ocupar empleos que no pueden ser realizados por ciudadanos o residentes permanentes.

En teoría, la idea es también dar residencia permanente a muchos de los actuales residentes temporales. Algo que el primer ministro Justin Trudeau prometió en la época de la pandemia cuando numerosos trabajadores agrícolas (muchos de ellos mexicanos) murieron por ser forzados a vivir en hacinamiento. Y que no se ha cumplido.

Otro de los argumentos presentados refiere al esfuerzo conjunto de los gobiernos de Estados Unidos, México y Canadá, para combatir el negocio ilícito de tráfico humano (coyotes) que están ligados a poderosos carteles criminales.

Aunque el gobierno de México ha amenazado con poner restricciones a canadienses, la realidad es que no le conviene pues la mayoría de ellos van como turistas y sus dólares le caen bien a la economía.

Como están las cosas, es probable que las restricciones aumenten antes de que se levanten.

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