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Austeridad, daños colaterales

El programa de austeridad para la administración pública federal delineado por el presidente Electo tendrá daños colaterales. De eso no habrá duda.

A toda acción corresponde una reacción de igual magnitud pero en sentido opuesto. 

He aquí algunos botones. El recorte anunciado a los seguros de vida, de gastos médicos y de separación del cargo, de llevarse a cabo, será una baja de miles de millones de pesos.

Tan solo la Secretaría de Gobernación, que en este sexenio engulló a la secretaría de Seguridad Pública, presupuestó $888,513,583 pesos en cuotas para seguros de gastos médicos mayores.

Por concepto de “Cuotas para el seguro de vida del personal civil”, la SEGOB previó $1,030,168,768 de acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos 2018 remitido al H. Congreso de la Unión. 

Los “afectados” serán numerosos, aunque tal vez silenciosos. Desde los propios funcionarios hasta las compañías de seguros, más los que se acumulen según los rubros que sean alcanzados por la guadaña. 

Sin embargo, el mayor daño podría ser una dificultad para mover a la burocracia. Los sueldos y prestaciones del sector público crecieron sin mayor parámetro de eficiencia, más como medida de control político que como reflejo de productividad. 

Esto ha generado la bien merecida imagen de una burocracia obesa, lenta y socarrona, a la cual hay que alimentar para que mueva un dedo so pena de hacerse aún más lenta.

El tiempo dirá si la burocracia se hizo más eficiente al recibir menos ingresos.

El reloj checador comenzará a correr el 1 de diciembre.   

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