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Acuerdos bajo la mesa

La administración de Trump ha pasado de hablar de anexar otros territorios y países como Canadá, a convertir al presidente gringo en el próximo premio nobel de la paz. Los caprichos de Trump dictan el tono de las negociaciones comerciales con el resto del mundo, aprovechándose del apalancamiento que le dan a Estados Unidos la supremacía económica, política y militar.

Canadá ha sido sujeta a tales caprichos, primero acusándonos junto con México de ser culpables de la crisis de fentanilo y del aumento de inmigrantes ilegales – sin fundamento-. Luego, forzó a Carney a adelantar el compromiso hecho por Justin Trudeau de que el país aumente su contribución militar al 2% del PIB a la OTAN.

Carney anunció su futuro apoyo al reconocimiento del Estado Palestino y eso enfureció a Trump, que incondicionalmente apoya a Israel, y provocó otra ronda de aranceles contra Canadá.

Por su parte, México ya ha hecho abiertas concesiones a los Estados Unidos, mandando miles de soldados a la frontera, aceptando a miles de deportados aun no siendo mexicanos. Ha presionado para desmantelar (al menos intentar) a los cárteles que mueven el fentanilo.

Pero todo eso no ha sido suficiente. La sorpresiva pausa de 90 días para México ha ido de la mano con sorpresivas acciones relacionados con el narco y a saber que otras concesiones se han tenido que dar al mandatario americano.

El primer ministro canadiense acaba de anunciar que va a dar marcha atrás a los aranceles impuestos por Trudeau en contra de importaciones de Estados Unidos, como represalia a los primeros aranceles de Trump. Explica que esto es para dar coherencia a los intercambios comerciales cubiertos por el Tratado de Libre Comercio tripartita. Y con la intención de traer al equipo de Trump de regreso a la mesa de negociación… produciendo comentarios de satisfacción de parte del monarca gringo.

Y este es un dato muy interesante, porque a diferencia de los otros aranceles de USA contra el resto del mundo, los productos y servicios incluidos en el T-Mec representan más de las 2/3 partes del comercio entre México, Estados Unidos y Canadá. De tal modo que, en general, los nuevos aranceles afectan a los productos no incluidos en el acuerdo. Y así lo aclaro hace poco Carney, si se ve de modo global y total, Canadá sigue teniendo -como México- los aranceles más bajos del mundo con los Estados Unidos, incluso nulos según el caso.

Los nuevos aranceles no son tan impactantes para las tres economías, como el contenido del acuerdo trilateral, que es infinitamente más amplio.

¿Qué sí incluye el T-Mec?

El acuerdo abarca amplios sectores, no sólo productos tradicionales. Entre sus principales áreas están:

Automóviles y autopartes; agricultura, en especial lácteos, huevos y pollos; manufacturas generales, con normas de origen reforzadas para químicos, textiles, acero y productos industriales; comercio digital, regulaciones modernas que incluyen anticorrupción y buenas prácticas regulatorias, servicios, y acceso para pymes. Energía, especialmente entre USA y Canadá, manteniendo la integración energética y redes/transmisiones compartidas.

Más del 85 % del comercio entre Canadá y USA sigue libre de aranceles gracias al acuerdo. El 95 % de las exportaciones canadienses de energía y el 84 % del resto de sus exportaciones a USA tienen acceso libre de aranceles. En el caso de México, más del 84 % de sus exportaciones a Estados Unidos quedan exentas bajo el T-Mec. 

Ahora bien, ¿qué no esta cubierto por el tratado y es vulnerable a los nuevos aranceles caprichosos y condicionados de Trump?

Acero y aluminio: Sujetos a aranceles del 50 % bajo la Sección 232 de USA, aplican independientemente de si cumplen o no con el T-Mec. Automóviles y autopartes no conforme al T-Mec.

Madera (softwood lumber) y productos derivados, sobre todo para Canadá. Minerales críticos y cobre semielaborado. Agricultura y productos alimenticios específicos como aguacates, tomates, fertilizantes (p.ej. potasa), y algunas importaciones frutales y marinas no siempre están protegidos por el TMEC. Si no cumplen con reglas de origen, se enfrentan a aranceles del 25 %.

Textiles y confección, el acuerdo impone reglas de origen más estrictas. Si los insumos (hilos, telas) no vienen de la región, los productos pueden no calificar y quedar expuestos a aranceles elevados.

Energía (en ciertos segmentos): Aunque la energía entre Estados Unidos y Canadá tiene un «side letter» para mantener cero aranceles, otros segmentos como energía con México o ciertos derivados aún pueden estar fuera de esa protección implícita.

El TMEC no cubre productos como vehículos usados, ropa usada, y algunos derivados del petróleo o hidrocarburos en México.

Así las cosas, la pregunta es ¿cuáles son los temas y asuntos más allá de lo comercial que se están negociando bajo la mesa? La viabilidad entera del bloque depende de su intercambio comercial y de las relaciones sociales y políticas entre los tres países. Mas aún en un mundo donde las fuerzas políticas y comerciales globales se están reconfigurando.

Carney le dio gusto a Trump quitando los aranceles compensatorios, pero acaba de advertir que va a renviar tropas canadienses a territorio ucraniano y está activamente buscando alianzas con la Gran Bretaña, Francia y Alemania; además de limar asperezas con China e India. El primer ministro canadiense tiene agendada una visita a México en septiembre, ya veremos si aquel corredor del norte y un flanco común contra Trump se pueden concretar.

Los aranceles en vaivén son quizá solo la punta del iceberg de acuerdos internacionales más delicados, complejos y trascendentes.

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