El Rey del Dulce es una de las marcas mas sólidas en nuestro estado y por supuesto en el centro del país, con una proyección importante y un conocimiento del mercado que ha permitido a la empresa crecer con paso firme siendo generadora de empleo y formadora de micro empresarios, hablar de la dulcera y su éxito resulta casi una obligación.
Como toda gran historia, la bizcochera y su inspirador comienzo se remontan a los años 60, cuando don Juan Tapia, montado en su bicicleta, tocaba puerta por puerta ofreciendo Piedrulces y Paletas Mimita, productos que, gracias a su poderosa visión empresarial, conseguía en la Ciudad de México a crédito para volver a su tierra y comercializarlos, formula que con el tiempo le permitió ampliar su catálogo y con ello comenzar esta dulce historia.
Años después y varias tiendas más tarde, la señora Yolanda Tapia, hija del ya mencionado don Juan, inmersa en el mundo de las dulcerías, adquirió todas las tiendas de su padre, que para entonces eran alrededor de 9 y es ahí donde nace formalmente la gran marca queretana “El Rey del Dulce” y es aquí, donde comienza la historia del protagonista de este artículo: David Tapia.
Queretano de nacimiento, creció en una familia con todas las tradiciones y valores de esta tierra, pero sin duda, la más importante, la costumbre y el gusto por el trabajo.
“Mi educación fue muy tradicionalista y muy queretana, estudio por la mañana, trabajo en las tardes y el soccer como deporte, eso, desde pequeño me hizo muy disciplinado”
David, cuenta que su entrada “formal” a laborar en los negocios de su familia, fue cuando tenía alrededor de 14 años, comenzó como empleado de almacén y en su andar recorrió todos los puestos del organigrama: chofer, empleado de piso, auxiliar contable, etcétera, hasta llegar a su puesto actual, al frente de las dulcerías.
“Yo estudié la carrera de Mercadotecnia y para mi fortuna cuando llegue a las aulas, todo lo que veía en los libros yo ya lo había trabajado, así que traía en la mente la idea de hacer franquicias, desarrollando un proyecto que me sirviera de tesis para graduarme de la escuela”.
A pesar de su extenso conocimiento, para el momento en que David ingresó a la carrera, las decisiones importantes aún pasaban por el visto bueno de su madre, por lo cual, convencerla de iniciar con el proyecto de las franquicias requirió de un poco de ayuda del mismísimo Philip Cutler, conocido también como el padre de la mercadotecnia, quien casualmente ofrecía una conferencia a la que David asistió con su madre y en la que mencionaron que el siguiente paso para triunfar en el mercado era la generación de franquicias.
“Pusimos un anuncio en El Financiero, como mera estrategia interna y la sorpresa fue que recibimos una gran cantidad de llamadas, el paso siguiente fue abrir un proyecto piloto, que es justamente la tienda de Plaza las Américas, meses después, los números avalaban la decisión y fue así como comenzamos a franquiciar”.
La narrativa de esta historia, pintaría como que todo fue sencillo, pero cierto es que tuvo sus vaivenes como el mismo David nos cuenta.
“Como queretano me costaba abrirme mucho con la gente, cuando empecé con el proyecto de las franquicias trabajé mucho en el tema de abrirme yo como persona y después para los demás”
A pesar de las fluctuaciones del mercado, David confía en que gracias al trabajo constante la marca seguirá creciendo, esperando en un futuro tener una mayor cobertura nacional, meta que tiene trazada gracias a la solidez de la marca.
“El Rey es una marca hecha por queretanos trabajadores para queretanos trabajadores, es una marca que identifica a la ciudad y además aporta generando empleo y educando a nuestros empleados para que en un futuro ellos mismos se conviertan en empresarios, se sin duda que cuando uno hace bien las cosas de inicio, bien funcionan”.