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Circo y pedagogía: el arte de ayudar

“El espíritu del circo se basa en el grupo y en la diversidad: si el grupo no funciona, no puede llevarse nada a cabo de manera satisfactoria”.

La gran mayoría de nosotros piensa en el circo como un espectáculo, con grandes carpas y con artistas capaces de cosas inverosímiles pero muy pocos podrían pensar el uso que puede darse a todos estos elementos en el campo de la dinamización comunitaria y sociocultural.

Paola Méndez, entendió a la perfección todas las cualidades que el circo aporta al desarrollo de una persona, y decidió poner manos a la obra, logrando a través de esta maravillosa disciplina, cambiar y romper esquemas en una comunidad con fuertes paradigmas y problemáticas sociales, como lo es Presa de Bravo, en el municipio de Corregidora, creando la Asociación Civil “Bravo por el Arte”.

La historia de Paola en Presa de Bravo, y particularmente en Lomas de San Isidro, está plagada de agradables consecuencias, todo comenzó, según nos cuenta, en el 2009, cuando fue invitada a impartir clases de ballet, situación que no duro tanto como ella había esperado; sin embargo, duró lo suficiente para que, posteriormente, los niños buscaran darle continuidad.

“Adaptamos esta bodega (junto a su casa) y les dije, si se animan aquí la damos, y los niños dijeron que sí, entonces lo empecé a adecuar todo, le puse piso, espejos, barritas y todo lo necesario, se empezó a correr la voz y les gustó muchísimo” relató.

Sin embargo, no todo resultó tan sencillo como se cuenta, Paola comenzó a notar todas las carencias y problemas sociales que aquejaban a la comunidad, problemas como deserción escolar, machismo, embarazos prematuros y por si no fuera poco, una falta de confianza hacia lo que viniera del exterior y pudiera ser una solución a todas estas situaciones.

“Me costó mucho trabajo ganar su credibilidad, que confiaran en mí y en mi trabajo y que realmente esto funcionara, y cuando se dieron cuenta de que, si funciona, comenzaron a aceptarlo, situación que me entusiasmo muchísimo y por la cual decidí crear la asociación”.

El Circo como herramienta Pedagógica

“El Circo Social, es el eje central de Bravo por el Arte, donde lo más importante es el proceso y su desarrollo, más que un resultado, trabajando la confianza, la seguridad, apegándolos a una  metodología logrando que los niños sean cuidadosos, minuciosos, que enfoquen y tengan un objetivo y  entonces empiezan a trazar un camino más definido, abriéndose las puertas hacia otras posibilidades de vida”.

Hoy en día tras varios años de incansable trabajo, Paola ha logrado que instancias como  el gobierno municipal respalde su trabajo otorgándole  tan solo este año 38 becas culturales y 4 para educación especial, además la asociación cuenta con talleres de regularización para todos los niveles de educación básica y superior, así como clases de  estimulación temprana y especial para niños con cáncer y con parálisis cerebral.

Como licenciada en Artes Escénicas, Paola pone toda su fe en la educación como detonador de una mejoría social, y a pesar de nunca haberse imaginado en los zapatos de una maestra, considera estar haciendo las cosas de manera correcta hasta ahora. Para la asociación el camino aun es largo, por lo pronto, este próximo diciembre, será la sede de un encuentro internacional de circo social, en busca del reconocimiento y el aval del “Circo del Mundo”, además de tener siempre sus puertas abiertas a todos aquellos que quieran ofrecer su conocimiento a los niños de presa de Bravo.

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