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Viacrucis de La Cañada, tradición y esmero

Por más de 50 años, en La Cañada, municipio de El Marques, cada viernes santo, se escenifica la crucifixión de Jesucristo, convirtiéndose en una de las representaciones más nutridas y conocidas de nuestro estado, alcanzando fama nacional y contribuyendo con esto al llamado turismo religioso. Pero, ¿te has preguntado todo lo que se tiene que hacer para lograrlo?

En parte, lo que hace grande a esta representación es la atención  que ponen todos y cada uno de los participantes, apoyados por el pueblo completo en  los detalles, planificando y ejecutando casi a la perfección todas y cada una de las escenas, situándonos a través de sus elaboradas escenografías  en lugares como la casa de Caifás, el mismísimo Cenáculo, el palacio de Poncio Pilatos e incluso, gracias a sus condiciones geográficas, el Gólgota, lugar donde fue crucificado Jesús.

Desde el año de 1962 Don José Ascensión Martínez, ha participado activamente en el desarrollo de las escenografías  que son instaladas durante la Semana Santa, para lograr darle vida al viacrucis y hacerlo aún más “espectacular”, quien, de la mano de Sixto Camacho y un equipo de artesanos, logran darle vida a columnas, muros, cadenas, látigos y cuanto sea necesario para darle el realismo suficiente a la PASION DE CRISTO y lo más increíble de todo esto es que se realiza de manera voluntaria.

“Aquí trabajamos de seis a siete horas diarias, desde el primero de enero, mezclamos nuestra vida cotidiana y empleos con esto, que sin pensarlo lo realizamos por el amor a la tradición y a las costumbres de nuestro pueblo, además de la gran Fe que nos mueve”, nos cuenta Sixto quien lleva ya 6 años participando como ayudante de Don José.

CREATIVIDAD Y LABOR COMUNITARIA

Unicel, pintura, yeso, clavos y madera  son los únicos elementos con los que cuentan estos artistas escenógrafos  para recrear las locaciones que los asistentes disfrutan, sin imaginar lo que  las llevo hasta ahí.

“Nadie se pone a pensar qué hay detrás, las familias realizan colectas y todo lo que se junta se usa para la elaboración de lo que se necesite para la representación, aquí nadie de nosotros gana nada, todo lo hacemos de manera voluntaria y esto es así año tras año” agrego Don José  mientras detallaba las columnas que darán lugar al palacio de Pilatos.

El taller en el que laboran se ubica en el huerto de lo que se conoce como “La iglesia chiquita”, donde, cuentan, fue bautizado el indígena Conín.

DEL PUEBLO PARA EL PUEBLO

El grupo  de Tribunales de Jesús  es el nombre a través del cual se identifica el comité voluntariado que se encarga de la representación, la inversión anual rebasa los 100 mil pesos, dinero que sale en su totalidad de los bolsillos del pueblo mediante colectas realizadas cada domingo de enero, del total, el  escenario es el que lleva el mayor peso en los costos, alrededor de 40 mil pesos se invierten en la creación de columnas, compra de fierro y de mantas, ornamentos, pintura especial como la “oro” para aludir al boato del Imperio Romano de aquellos días y con eso lograr confundir las barreras de la ficción y la realidad, dándole a la representación  el dramatismo que merece.

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