Plural

¿Cuáles son tus expectativas de este proceso electoral local?

Enrique Paniagua, creativo

​Al igual que a mi familia, a mi país siempre lo voy a festejar. Creo que, como con una novia, hay que gritar a los cuatro vientos lo mucho que se le quiere. A mí me gusta mostrar todo ese orgullo que me da formar parte de este pedazo de tierra.

A México no le puedo recriminar nada, le doy gracias por todo lo bueno que me ha heredado: una historia, un idioma, un imaginario país lleno de colores, una gastronomía espectacular, etc. Pero a quien sí le puedo reclamar es a las personas que trabajan en su nombre y hacen mal su trabajo. A todos aquellos que en lugar de sumarle al país, le están restando: a los que quitan oportunidades y desaparecen opciones, a los que roban y creen que no nos damos cuenta.

Pero ellos no son México, son personas con nombre, apellido y cargos públicos, individuos a los que se les puede señalar y se les debe de denunciar. Hidalgo dijo: “¡Muera el mal gobierno!”. Así que como bien sabemos, festejar y gritar no están peleados.

Aparte, el problema no es festejar, lo crítico es cuánto te gastas en el festejo, y si eso implica descuidar otras áreas prioritarias para el bienestar de la nación, entonces eres un inconsciente y un irresponsable, una persona que no está haciendo bien su trabajo.

Pero como toda fiesta, los reclamos se deben de hacer en su momento. Yo digo que hoy festejaré de la mejor manera que puedo, trabajando, escribiendo y creando. Como otros millones de mexicanos, haré mi mejor esfuerzo para que el nombre de México suene mejor de lo que ahora suena. Ya por la noche brindaré con unas cheves y a falta de mezcal, amor.

Alma Acosta, Abogada

La realidad es que este año se torna complicado en cuanto al bombardeo de información y campañas electorales que se está dando por las futuras elecciones que tanto a nivel estatal como federal se realizarán en el mes de julio.

Hablando a nivel local, preferiría campañas con un contenido verdadero, con propuestas concretas de acciones a realizar que le den al electorado una verdadera opción y que después del análisis de las mismas, se pudiera concluir qué candidatos pueden ser favorables para ejercer su función desde el marco del derecho y atendiendo al bien común, representando los intereses del electorado.

Sin embargo, mis expectativas reales son que se gastará un dineral en las famosas campañas y los resultados no creo que sean mucho más diferentes de lo que estamos viviendo; creo que es tiempo de que los representantes de la sociedad queretana, realicen sus funciones, tendiendo a encontrar el punto de equilibrio con el crecimiento que está teniendo la ciudad y atendiendo a problemas, tales como, la movilidad, la contaminación, el tema de las construcción (con todas las aristas que trae aparejada) y un punto no menos importante que es el tema del agua, que ante el crecimiento, se está dando un fenómeno de privatización del servicio por medio de concesiones que no cumplen con estándares de calidad ni en cuanto a la prestación del servicio ni del líquido mismo.

En fin, que se vislumbran tiempos complicados pero no por eso menos interesantes.

Manuel J. Solis, Productor

Pienso que en este proceso electoral, además de las mismas promesas, planes al vapor y descalificaciones que son un insulto para el electorado, hay un brillo de esperanza. El cambio que todos prometen traer, ya ha llegado y se manifiesta con mayor fuerza cada proceso electoral: Se trata de la abismal responsabilidad que enfrenta el que vota y no se preocupa en tres o seis años sobre lo que hace el votado. La terrible libertad de poner una decisión que nos afecta a todos en manos de una mayoría poco educada y con ánimo de venganza, que podrá palpar el alcance de sus impulsos electorales.

¿Queríamos democracia? Esto es, al menos, el inicio de una. Es como un niño con bicicleta nueva: hemos aprendido a usarla y ahora queremos hacerlo sin manos o sin ver. Espero que aprendamos la lección con moretones y una que otra raspadura, y no con daños permanentes que lamentar.

Creo que somos cada vez más los que decidiremos dar el empleo de jefe de la administración de los recursos públicos no a los más simpáticos, sino a quienes estén mejor capacitados. Nadie escoge a su contador por que le caiga bien, a menos que se quiera ver en problemas.

Y los problemas se nos vienen encima.

 

Redacción El Queretano

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