Chicago, IL.- Me revuelve el estómago de coraje cada vez que me entero del continuo atraco al erario público de México por parte de la banda de “funcionarios públicos” que se sirven con la cuchara grande en todos los niveles de gobierno.
Con gran enojo recibí la noticia divulgada recientemente por el periódico Reforma: La Auditoría Superior de la Federación detectó que en los últimos cuatro años, durante las gestiones de Rosario Robles Berlanga, las secretarías de Desarrollo Social (Sedesol) y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), realizaron desvíos multimillonarios de fondos públicos utilizando convenios con organismos estatales que, a su vez, subcontrataron redes de empresas fantasmas.
Según la ASF las dependencias dirigidas por Rosario Robles pagaron enormes sobreprecios -cientos de millones de pesos- a los organismos públicos a cambio de servicios no prestados, duplicados o de pésima calidad. Por supuesto ambas secretarías dieron por cumplidos los convenios.
Este hallazgo se suma a muchos otros robos similares ejecutados por dependencias federales durante la presente administración de Enrique Peña Nieto, pero también por varios gobernadores emanados del Partido Revolucionario Institucional; sí, los del “nuevo PRI”.
A pesar de contundentes investigaciones periodísticas y auditorías que evidencian la desviación de miles de millones de pesos de las arcas públicas, solamente hay un puñado de funcionarios procesados por este delito.
Como siempre, en México reina la impunidad, la clase política se regodea abusando de los fondos públicos y el pueblo solamente observa. No hay consecuencias para esos ladrones disfrazados de funcionarios; la ley se la pasan por el arco del triunfo porque tienen cómplices en todos los niveles.
Esta situación no puede continuar porque México está hipotecando el futuro de generaciones enteras a cambio de tolerar el descomunal enriquecimiento de políticos corruptos que van a emigran al extranjero cuando este país no dé para más. ¿Por quién votará usted en las próximas elecciones? La respuesta podría ser el inicio del cambio.
